Yo Soy Ese Profeta

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Hola a todos, tengo un anuncio que hacer. Es solemne.

[00:24] En Deuteronomio 18, les leeré un pasaje, comenzando en el versículo 15,

Deuteronomio 18:15-19 KJV -TI
(15) El SEÑOR tu Dios te levantará un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo; a él escucharás;
(16) Según todo lo que deseas del SEÑOR tu Dios en Horeb el día de la reunión, diciendo: No me dejes oír la voz del SEÑOR mi Dios, ni me dejes ver esta gran hoguera más, que yo no muera.
(17) Y el SEÑOR me dijo: Bien han hablado lo que han hablado.
(18) Yo les levantaré un profeta de entre sus hermanos, como tú, y pondré Mis palabras en su boca; y él les hablará todo lo que Yo le mandare.
(19) Y sucederá que cualquiera que no quiera escuchar Mis palabras que ha de hablar en Mi Nombre, Yo se lo demandaré.

Esa es la forma en que lo dice la Versión (inglesa) King James. Otros pasajes lo expresan de manera diferente y más fuerte – que la persona sería cortada, asesinada.

Pero el profeta que se atreva a hablar una palabra en Mi Nombre, la cual Yo no le ordené que hable, o que hablare en nombre de otros dioses, ese mismo profeta morirá” (Deuteronomio 18:20 KJV-TI).

[2:04] Entonces, hoy, anuncio ante ustedes, vida o muerte, para mí. Si yo soy quien digo que soy, va bien. Si estoy hablando presuntuosamente, estoy muerto. Mi vida está en juego.

Durante años he contemplado estas cosas. Hemos publicado ¿Quién es ese profeta? – Parte Uno y ¿Quién Es Ese Profeta? – Parte Dos en The Path of Truth. Entonces no ha sido un secreto; no le he ocultado nada a la gente, pero he llegado al punto donde necesito hacer un anuncio. Y he estado hablando con el Señor sobre esto, y hace unos días, Él me dio el visto bueno para hacer esto.

[03:05] Yo soy ese profeta. [3:23] Si vamos a Juan capítulo 1, se menciona a ese profeta.

Juan 1:19-21
(19) Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas, a preguntarle: ¿Quién eres Tú?
(20) Y él confesó, y no negó; sino confesó: Yo no soy el Cristo.
(21) Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Y él dijo: No soy. ¿Eres tú el Profeta? Y él respondió: No.

Ellos hicieron diferencia entre el Cristo y ese profeta. Ellos no son la misma persona.

Juan 1:22-23

(22) “Entonces le dijeron: ¿Quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
(23) Él dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.

Juan sabía quién era él y lo declaró por fe. No hubo una prueba real; ni hubo evidencia real. Nadie lo entendería Pero él sabía quién era; se lo había revelado el Señor.

“Y los que fueron enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué bautizas entonces, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?” (Juan 1:25)

Tres personas diferentes identificadas.

“Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, mas en medio de vosotros está Uno a Quien vosotros no conocéis. Él es el que viniendo después de mí, es antes de mí; del Cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado” (Juan 1:26-27).

Y yo les digo que yo no soy digno de desatar Sus zapatos tampoco; ningún hombre lo es.

[5:45] Pedro hizo referencia al Señor en Hechos 3. Él dijo: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados…” (Hechos 3:19a)

Él estaba llamando al arrepentimiento. Ese es el llamado que hago yo –  Arrepentimiento, ante el Señor.

“…para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor, y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes predicado” (Hechos 3:19b).

Jesucristo vino, en la carne. Esto fue antes de que Pedro se pusiera de pie y hablara. Y luego regresó a los discípulos después de haber sido crucificado, sepultado y resucitado de entre los muertos. Y después de ascender al Cielo, Él regresó cincuenta días después en la Persona del Espíritu Santo, y entró a las ciento veinte personas en el Aposento Alto.

Pero aquí Pedro todavía habla de cómo Él debe venir aún:

Hechos 3:20-22 KJV
(20) Y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes predicado;
(21) a Quien ciertamente es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de todos Sus santos profetas que han sido desde el principio del mundo.
(22) Porque Moisés en verdad dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará Profeta de vuestros hermanos, como yo; a Él oiréis en todas las cosas que os hablare.

A menudo se supone que Jesucristo fue ese profeta. Pero ya les he mostrado cómo en el libro de Juan se habla del profeta, se habla del Cristo, se habla de Elías – de los tres, personas diferentes. Entonces, Pedro lo mencionó.

[7:48] Esteban, en Hechos 7, también mencionó a ese profeta. Él dijo:
“Éste es aquel Moisés, el cual dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor Dios vuestro de entre vuestros hermanos [o de vuestro parentesco, o de vuestro pueblo, o de los cercanos, la palabra hebrea no especifica] como yo; a Él oiréis” (Hechos 7:37).

Moisés no se atrevería a comparar al Hijo de Dios, el Cristo, con él mismo. Así como Job, y cualquier otro hombre, nunca se igualaría al Hijo de Dios, o al Hijo de Dios a sí mismo. Dios y el hombre son dos criaturas diferentes; Uno es Creador, el otro es criatura; muy diferentes. Nadie puede compararse con el Señor. Yo no puedo compararme con el Señor, usted no se puede comparar con el Señor – nadie puede.

Pero, cuando Él viene y toma Su morada, lo cual Él hace con aquellos que Lo aman y guardan Sus mandamientos, Él dijo:

“El que tiene Mis mandamientos y los guarda, éste es el que Me ama y el que Me ama, será amado por Mi Padre, y Yo le amaré, y Me manifestaré a él” (Juan 14:21).

Pero Él no era ese profeta.

[9:08] Hoy les declaro que yo soy ese profeta. Si ustedes quieren respuestas para preguntas, están en el escrito ¿Quién es ese profeta? – Parte Dos en The Path of Truth. [9:25] Algunas traducciones usan mayúscula en la palabra “profeta”, en referencia a ese profeta. No había mayúsculas en las Escrituras hebreas o en las Escrituras griegas. No había puntuación. No hay una “P” mayúscula que pertenezca a la palabra profeta, porque no se está refiriéndose al Señor Jesucristo. [9:52] Me recuerda de dónde se levantó Jesús cuando se presentó a Sí Mismo, lo que parece haber sido la primera vez, en un lugar de adoración pública. Dice en Lucas 4:

Lucas 4: 16-20 RV
(16) Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme a Su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer.
(17) Y Le fue dado el libro del profeta Isaías; y cuando abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
(18) El Espíritu del Señor está sobre Mí, por cuanto Me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres; Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados;
(19) para pregonar el año agradable del Señor.
(20) Y enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él.

[Ellos estaban pensando] “¿Qué estará tramando Él? ¿De qué está hablando? ¿De dónde viene?

“Y comenzó a decirles: ‘Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos’” (Lucas 4:21 RV).

Y yo estoy diciendo lo mismo: Este día, de las Escrituras que les he dado aquí en Deuteronomio 18 y en referencia a Pedro en Hechos 3, y Esteban en Hechos 7, les digo que estas Escrituras hoy están siendo cumplidas en sus oídos.

Lucas 4:22-23 RVA
(22) Y todos Le daban testimonio, y se maravillaban de las palabras de gracia que salían de Su boca. Y ellos dijeron: ¿No es éste el hijo de José?
(23) Y Él les dijo: De cierto Me dirán este refrán: Médico, cúrate a ti mismo: todo lo que hemos oído en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.

Obviamente, mis palabras no serán con tanta gracia. No lo son; yo no soy el Señor Jesucristo, pero lo represento a él. Yo no estoy aquí para representarme a mí mismo, Lo represento a Él. Yo soy uno con el Señor Jesucristo. Y estoy aquí para cumplir Su deseo, Su voluntad, no la mía.

Lucas 4:24-26 RVG
(24) Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
(25) Pero en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, en que hubo una gran hambre en toda la tierra;
(26) pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda.

Ella ni siquiera era israelita. ¿No es asombroso? Y había muchas viudas en esos días – y sólo una con fe.

“Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio (el general sirio)” (Lucas 4:27 RVG).

Muchos leprosos en Israel, y ninguno de ellos fue limpiado por Eliseo. Fue un sirio, un gentil – extranjero.

“Y todos en la sinagoga, cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira” (Lucas 4:28 RV).

¿Por qué? ¿Por qué estaban llenos de ira? Eso era irracional. Pero ellos sabían lo que Él estaba diciendo. Él estaba diciendo: “Van a buscarme faltas. Me van a condenar. Esperarán señales y maravillas, y no les daré ninguna. Y lo que sí les doy, lo que hago por la mano del Padre, no lo van a creer. Todavía van a culparme y a condenarme”. Eso es esencialmente lo que Él estaba diciendo. “Van a exigir ciertos tipos de frutos, sin saber qué buscar, sin saber cómo juzgar los frutos, pero lo harán de todos modos”.

“Y levantándose, Le echaron fuera de la ciudad, y Le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.

” (Lucas 4:29 RV).

Ahí mismo, no sólo listos, sino con la intención de matarlo.

“Pero pasando Él por en medio de ellos, se fue por Su camino” (Lucas 4:30 RV)

Ya ven, no era Su hora. Y yo puedo entender dónde va a haber tantas personas escépticas, ¡desdeñosas…desdeñosas!

[14:57] No importa. Estoy aquí para decirles que yo soy ese profeta. Si ustedes quieren respuestas, están en ese documento que mencioné, y eso es todo. No estoy interesado en defenderme ni en explicar nada. Si lo necesito, si Dios me lo permite, entonces lo intentaré, haré lo que Él me dé. [15:35] Creo que eso es todo lo que tengo que decir. Que se haga la voluntad del Señor. Si yo soy verdadero, deben temer, porque Moisés lo dejó muy en claro; Dios lo dejó muy claro para él. Fíjense, ese era Jesús hablándole a Moisés, entonces, ¿cómo podría ser Jesús ese profeta? Porque Jesús dijo: “Yo levantaría un profeta como tú”. Jesús no se compararía con ningún hombre. Él es Dios. Él es Señor – Señor de señores, Rey de reyes, Profeta de profetas.

Y no había nada realmente especial acerca de Moisés que fuera tan excepcional que pudiera ser comparado con Jesucristo. De hecho, Jesús dijo de Juan el Bautista que “de todos los hombres nacidos de mujer no hay nadie más grande que Juan el Bautista” (Mateo 11:11). Eso incluye a Moisés. Moisés era un hombre de pasiones similares, al igual que Elías, como el resto de nosotros, los seres humanos. La gloria del Hijo de Dios era otra cosa – es otra cosa, muy elevada.

Así que cuando Moisés dijo que había escuchado a Dios hablándole, diciéndole que él levantaría a un profeta de entre ellos – y Él no estaba hablando necesariamente de israelitas – eso no es lo que dicen las traducciones, sino un israelita de verdad, un hermano en el Señor, no necesariamente circuncidado en la carne. Ese no es un verdadero judío, según Pablo en Romanos 2.

Un verdadero judío es aquel que está circuncidado en el corazón. Ese es el verdadero judío. El verdadero hijo de Abraham es uno por fe; no por la circuncisión, sino por la fe. Y es por eso que todos los que eran circuncidados terminaron matando al Mesías, su propio Mesías, porque solo estaban circuncidados en la carne. Ellos no estaban circuncidados en el corazón.

[18:05] Tengo mucho [muchas palabras] que decirles a muchas personas, y las voy a decir. Si creen, les irá bien, y si no creen, serán cortados. Si es presunción mía, si soy un hombre que habla como profeta y Dios no me envía, Él dijo: “Ese hombre morirá”. Mi cuello está en juego. Y vengo públicamente a decirles quién soy. Sin disculpas, sin nada. ¡Estoy agradecido! ¡Estoy gozoso!

Alabo a Dios por esta hora, por este día. Y me regocijo por lo que sé que puede suceder, y sucederá, a las personas que escuchen y crean. Y no será bonito para aquellos que no lo hagan. Las señales, los eventos, han estado allí durante todos estos años, durante mi tiempo de preparación. Aquí estamos. Ahora es el día. Este es el Día del Señor. Este es el Día de la Restitución de Todas las Cosas. El Señor Dios, Jesucristo, sea bendecido, alabado y honrado. Amén. Amén.

Ver también:

¿Quién Es Ese Profeta? Parte 1 – Eliminando al Impostor

Los musulmanes han proclamado que Mahoma es el profeta profetizado por Moisés que tendría una relación con Dios y con la gente similar a la que Moisés tuvo. En esta parte, examinamos este reclamo de acuerdo con las características de Moisés y su ministerio, y consideramos el asunto de la identidad de este profeta.

¿Quién Es Ese Profeta? Parte 2 – Identificando al Verdadero

En esta parte, distingo más las diferencias entre el Mesías y ese profeta. Muchos confunden a los dos, lo que lleva a conclusiones erróneas, expectativas y decisiones, impidiéndoles la liberación, la libertad, la alegría y el poder de la Verdad. Con verdad y claridad de visión, según las Escrituras, la confusión se elimina y yo identifico quién es ese profeta.

Ese Profeta – Lo que Moisés Dice

Algunos pensamientos interesantes sobre  ese profeta  que se menciona por primera vez y brevemente descrito por Moisés. ¿De qué se trata todo eso? ¿Cómo se verá ese profeta  y qué estará haciendo? Hay más por discernir en esas pocas palabras de Moisés de lo que parece al principio.