Queriendo Hacer Las Cosas Bien

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Algo surgió recientemente, y estas palabras, “Yo quiero hacer las cosas bien delante del Señor,” provocaron los siguientes pensamientos:

Esas palabras suenan como que si complacemos al Señor, las cosas nos saldrán bien. Eso es cierto, pero también podría ser falso, dependiendo del entendimiento y el motivo. No estamos aquí para ser aduladores. Somos tan propensos a complacer, y esto es algo muy egoísta. En primer lugar, buscamos complacer a las personas, para ser aceptados por ellos o beneficiados de alguna manera.

Luego presumimos hacer lo mismo con Dios, como lo hizo Caín. ¡Él fue un adulador! ¿Y dónde lo llevó eso? Abel no trajo un sacrificio para agradar a Dios. Lo trajo porque sabía que era lo correcto. Si su sacrificio hubiera sido rechazado, él no se habría sentido mal, como lo hizo Caín. Habría buscado el camino correcto (por supuesto, la razón por la cual se aceptó su sacrificio fue porque su corazón estaba en lo correcto, y por lo tanto no podía sino ser aceptado). Sin embargo, Caín se ofendió: “Bueno, ¡si ese es el agradecimiento que recibí, estoy disgustado con Dios! ¡No voy a creer más en Él!” Lo hemos escuchado muchas veces.

Estamos llamados a hacer lo correcto porque es lo correcto, ya sea que agrade a alguien o no. Estamos aquí para elegir lo verdaderamente correcto, el único tipo de correcto que existe, y no aquel que ignorante y estúpidamente imaginamos y elegimos como lo correcto, en el sentido de que es egoístamente ventajoso. Al escoger el bien, las cosas nos irán bien. Al escoger agradar, destruimos a los que pretendemos agradar (no que podamos destruir a Dios, por supuesto, pero lo afligimos), y nos destruimos a nosotros mismos.

Dios no nos está pidiendo que lo complazcamos. ¿En qué parte de la Biblia encontramos a Dios queriendo que Lo complazcamos? ¡No está allí! ¿Lo sabías? Él no está interesado principalmente en Su propio bienestar y sentimientos. Él quiere ver que las cosas vayan bien para nosotros, y Él ha demostrado, y nos está mostrando, cómo puede y debe ser, porque Él se interesa en nosotros.

Dios es llamado “Amor” porque Él se interesa en nosotros más que en Sí Mismo. Esa es la naturaleza del amor verdadero. Cuando hagamos lo correcto y las cosas nos vayan bien, entonces Él estará satisfecho. Él estará satisfecho porque nosotros estaremos satisfechos en realidad, por Su satisfacción, y no por la clase de satisfacción egoísta, ciega y destructiva que surge de la falta de conocimiento y entendimiento.

Víctor Hafichuk

-Abril 17, 2011