Sinceridad Insincera

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“Y Yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” (Lucas 11:9-10 RVR)

Paul y Víctor le escribieron esta carta a Joyce:

Hola Joyce,

Tu carta nos ha traído a una importante coyuntura. Ha llegado el tiempo para que nombremos y tratemos más específicamente una falsa idea que prevalece en todo el cristianismo y en todas partes. Esa idea está tan firmemente metida como verdad que ni siquiera se debate; la mayoría asegura que es una realidad fundamental. Sin embargo, edificar sobre este error ha llevado a falsas conclusiones y a justificar gran maldad. Este no es un asunto pequeño.

Lo que nos has mencionado es una idea muy repetida en cuanto a que en este mundo hay sinceros buscadores de la verdad, y que algunos o muchos se encuentran en sus organizaciones religiosas falsas. Tú propones que la humanidad tiene una predisposición por la verdad.

La manera que lo planteas en tu carta es que tú piensas que la mayoría de los que están “en comunidades de falsas enseñanzas son sinceros buscadores de la Verdad pero han sido extraviados y atraídos al engaño… ¡una trampa engañosa y cegadora de Satanás!!

Ahora, nosotros te preguntamos: ¿Es Dios injusto que no les daría la Verdad a los que sinceramente la buscan? ¿No prometió Jesús, “Busquen y hallarán”? ¿Por qué entonces no están esos que tú percibes que son sinceros buscadores de la verdad buscando y hallando? Las apariencias engañan, y esas te han engañado a ti. ¿Por qué es eso?

Los que tú percibes que son sinceros pueden ser sinceros en querer recibir los beneficios, pero ¿son ellos lo suficientemente sinceros como para pagar el precio? La sinceridad por sí misma no significa nada.

Caín fue sincero. Él dio ofrendas al Dios viviente. Eso es sinceridad, ¿no es así? Jonatán fue sincero, pero él fue al campo de batalla con Saúl, donde perdió su vida; él amaba a David pero se identificó con su propio padre, el enemigo de David. Lee Compromiso. Como tú misma lo dijiste, Esaú fue muy sincero, con muchas lágrimas de arrepentimiento. ¿Es Dios tan injusto que Él no reconoce ni honra la sinceridad, si está orientada en dirección de buscar y obedecer la verdad?

¿Cuántos sinceros buscadores de la verdad había en los días de hambruna en el tiempo de Elías? Uno creería que una hambruna haría que muchas viudas fueran sinceras. Había muchas viudas, como dijo Jesús, pero sólo a una fue enviado Elías. Dios no toleró que ella fuera “extraviada,” a pesar de sus duras circunstancias.

Igual fue con Naamán el Sirio. Sería normal pensar que tener lepra movería a alguien a la sinceridad y a Dios a la compasión; sin embargo, sólo un leproso creyó y recibió la recompensa. ¡Y ese era un gentil, ni siquiera un “creyente”!

El Señor no es injusto como para no darles la verdad a quienes la buscan. Como dijo Él, si usted busca, usted encontrará. Obviamente lo que a ti te parece como búsqueda de la verdad no lo es. Muchos piden de labios, pero no piden con el corazón. Tú estás viendo a muchos Caínes que traen ofrenda a Dios, y muchos Ismaeles nacidos de sus padres en incredulidad, y Esaús llorando con lágrimas, buscando la bendición, y tú has estado entre ellos. Pero Dios conoce y responde al corazón. Si las personas están “desviadas” hacia el error, es porque sus corazones no están bien. Tú estás diciendo, contrario a la Palabra de Dios, que sus corazones están bien.

2 Tesalonicenses 2:7-12 (NBLH)
(7) Porque el misterio de iniquidad ya opera; sólo espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
(8) Y entonces será revelado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de Su boca, y destruirá con el resplandor de Su venida;
(9) aquel inicuo, cuya venida será según la operación de Satanás, con todo poder y señales, y prodigios mentirosos,
(10) y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
(11) Y por causa de esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira;
(12) para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes se complacieron en la injusticia.

Santiago escribió sobre los buscadores sinceros quienes no andan tras la verdad. Esto es lo que él escribió:

“Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres.” (Santiago 4:3 LBLA)

De esto es que se trata todo lo de los que buscan lo religioso, esos a quienes tú honras:

“¡Oh almas adúlteras (infieles)! ¿No saben ustedes que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:4 NBLH)

Cuando nosotros hablamos de estas cosas, los religiosos sarcásticamente nos dicen: “Todos están equivocados, y ustedes son los únicos que tienen razón.” Nosotros les decimos: “Demuéstrennos que estamos equivocados. Muéstrennos con la verdad que ustedes dicen haber buscado, si la han encontrado.” Todos ellos, por palabras y acciones, están negando la realidad, y Dios está bastante molesto con todo eso. Es el tipo de búsqueda que hacen ellos lo que Dios reprendió por medio del profeta Isaías, diciendo: “Este pueblo se acerca a Mí con su boca, y de labios Me honra, pero su corazón está lejos de Mí” (Mateo 15:8). ¿No son sinceros al acercarse con sus bocas estos de quienes habló Isaías?

¿Qué de los que querían llevarse el cuerpo del Señor para poder guardar ellos la Pascua? ¿No fue eso sincero? Ellos tenían celo por agradar a Dios justo después de haber traspasado a Su Hijo. Jesús dijo que ellos también celosamente perseguirían y matarían a Sus discípulos, creyendo que así servirían a Dios. ¿No es eso sincero? Isaías habló de la sinceridad de tales buscadores de Dios:

Isaías 58:1-4 RVR
(1) Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a Mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
(2) Que Me buscan cada día, y quieren saber Mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la Ley de su Dios; Me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.
(3) ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no Te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
(4) He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

Jesús describió a estos sinceros buscadores:

Mateo 11:16-19 RVR
(16) Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros,
(17) diciendo: “Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis.”
(18) Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Demonio tiene.”
(19) Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: “He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos.”

¿Cuánto tiempo más vas a tolerar que te digamos que tantos están equivocados? Muy pocos pueden tolerar lo que nosotros decimos. Muy pocos pueden tolerar las palabras de Jesús. Él dijo: “Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:14 RVR)

Muy pocos creen esas palabras porque ellos están en el camino ancho. Ellos preferirían viajar por un camino fácil y pavimentado que pagar el precio de identificarse con el Señor, precio que automáticamente los pondría en posición contraria a todos los que están en el camino ancho. Tú te estás identificando con los del camino ancho, diciendo que por dentro ellos están bien, sólo “extraviados.” ¿Qué nos dice eso sobre cómo estás tú?

El precio que uno debe pagar para seguir al Señor Jesús fuera del campamento, lo cual Él llamó el camino angosto o estrecho, divide a las ovejas de las cabras. El precio es la cruz, la pérdida de nuestra vida. El sentimiento sincero del mundo consiste en querer a Dios pero aborrecer la cruz. Sin embargo, sin la cruz, Dios dice que no lo puedes tener a Él. Al no estar dispuestos a pagar con sus vidas, los buscadores sinceros, a quienes tú justificas, se marchan como lo hizo Caín, con rostros sinceros pero decaídos. Ellos construyen sus ciudades en nombre de servir a Dios.

Joyce, si tú eres una sincera buscadora de la verdad, ¿por qué has estado oyendo a estos edificadores de ciudades, mentirosos como Jerry Golden y Hal Lindsey? La sinceridad de ellos es la tuya, y tu sinceridad es la de ellos. Todos ustedes buscan el sensacionalismo, sirviendo y justificando la carne.

¿Cómo es que Lindsey se vende a sí mismo al público “cristiano” como el autor de su multimillonario éxito de librería cuando se ha comprobado su fracaso en la predicción exacta de eventos? Obviamente, él y otros consideran un éxito el libro The Late Great Planet Earth (El Extinto Gran Planeta Tierra), no por su veracidad, sino por las cifras en ventas causadas por su sensacionalismo. Aun si su libro fuera de Dios, ¿debería él promoverse a sí mismo con presentaciones pasadas? Y aun si sus presentaciones pasadas hubiesen sido de Dios, ¿debería él promoverse a sí mismo en lo absoluto?

¿Cómo crees tú que Dios mira estas cosas? Tú ojo no ha sido limpio. Teniendo comezón de oír, has buscado a falsos maestros.

La búsqueda de lo que apruebas no es la justicia de fe que confiesa que la Palabra está cerca de ti, en tu boca. Son las obras de los hombres las que tratan de hacer subir a Jesús de la tierra o bajarlo del Cielo. Sin embargo, sin fe no es posible invocarlo a Él y conocer Su presente poder salvador:

“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7.25 RVG)

Sin fe, “…es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan” (Hebreos 11:6 RVG).

Esos a quienes tú llamas “buscadores” buscan porque ellos no quieren la verdad. Ellos prefieren seguir buscando que encontrar. En su búsqueda, ellos manifiestan una insincera sinceridad.

¿Es así como eres tú? ¿Estás más interesada en la búsqueda que en el descubrimiento? ¿Tienes miedo de lo que podrías descubrir si encuentras?

El hombre carnal prefiere continuar buscando que encontrar a Dios, porque él o ella saben lo que significa encontrar. Instintivamente, él o ella saben que encontrar significa la muerte, y él o ella prefieren vivir. Entonces, esa persona seguirá “buscando la verdad sinceramente,” preservando su vida. Él o ella harán un gran show de su búsqueda, como si buscar es algo valioso en y por sí mismo. “Miren, estoy buscando la verdad. ¡Qué sincero soy yo! ¡Qué piadoso! Seguramente Dios me verá y honrará mi sincera búsqueda.”

Más bien, Él dice:

“Apártense de Mí, hipócritas, Yo no los conozco” (Mateo 7:22-23).

De los tales está escrito:

“Están siempre aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.” (2 Timoteo 3:7 RVR)

Lo que tú llamas búsqueda sincera es una mentira. O es eso, o Dios es mentiroso. Él dice:

“Me buscarán y Me encontrarán, cuando Me busquen de todo corazón.” (Jeremías 29:13 RVR)

Pero tus buscadores no Lo encuentran a Él. Ellos están “extraviados.” Esto es lo que el Señor Jesús dijo acerca de los que Él “extravía”:

“Y en ellos se cumple la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, mas no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y Yo los sane.” (Mateo 13:14-15 RVG)

La verdad es que ellos realmente no quieren encontrar. De otra manera, ellos verían, ellos oirían, ellos se volverían a Él, y Él los sanaría. En lugar de eso, Él los ha encerrado en pecado.

Esta es otra pregunta para meditar: Al decir que otros son sinceros buscadores de la verdad, ¿estás diciendo que tú has encontrado la verdad? Pero como tú dices que estás buscando y no has encontrado, ¿cómo puedes tú decir que otros son buscadores sinceros? ¿No sabías tú que es imposible saber quién está y quién no está buscando la verdad a menos que tú ya la hayas encontrado primero?

Has confundido la indulgencia en la religión con la búsqueda sincera de la verdad. La religión no es la verdad. El iglesianismo y el “cristianismo” no son la verdad. Ni siquiera creer en Dios es la verdad. Los demonios también creen, y tiemblan.

Lo que está pasando realmente es que tú estás desplegando tu propia justicia cuando dices que hay sinceros buscadores de la verdad. Tú crees que estás sirviendo a Dios al querer mostrar discernimiento o una actitud de empatía hacia ellos. Sin embargo, tú apruebas a gente que anda buscando a Dios en lugar de venir tú misma a la cruz. Tú apruebas la independencia de ellos respecto a Dios al hacer lo propio para poder justificarte en tu propia independencia.

¿Quiénes son estos sinceros buscadores de la verdad que llaman mentiroso a Dios, Quien es la verdad, cuando Él dice que no hay sinceros buscadores de la verdad?

“El SEÑOR ha mirado desde los Cielos sobre los hijos de los hombres para ver si hay alguno que entienda, alguno que busque a Dios. Todos se han desviado, a una se han corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.” (Salmo 14:2-3 LBLA)

“Además, el corazón de los hijos de los hombres está lleno de maldad y hay locura en su corazón toda su vida. Después se van a los muertos.” (Eclesiastés 9:3 LBLA)

Jesús también dice: “Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8)

Si los que califican a los hombres como sinceros buscadores conocieran la verdad ellos mismos, ellos sabrían que no existe tal cosa. La apariencia de esos es una farsa. Si hay sinceros buscadores de la verdad entre los hombres entonces las gallinas tienen dientes y los cerdos pueden volar. Los que dicen que hay sinceros buscadores de la verdad hablan sin conocimiento para adular a los hombres, porque ellos se adulan a sí mismos, tratando de aferrarse a lo que tienen, sin vender sus perlas para comprar la Gran Perla.

¿Cómo puede el hombre caído y no regenerado buscar a Dios? No mires más allá de su padre terrenal, cuya imagen lleva él, para una muestra de la reacción del hombre hacia la Presencia de Dios:

“Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.” (Génesis 3:8-10 LBLA)

Solamente Dios puede poner en el corazón de los hombres que lo busquen a Él. En realidad, es Él Quien busca. Él inicia, Él muestra misericordia, Él atrae, Él habla, Él manda, Él levanta a los muertos y salva a los que estaban perdidos y sin esperanza.

“Por un breve momento te abandoné, pero con gran compasión te recogeré. En un acceso de ira escondí Mi rostro de ti por un momento, pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dice el SEÑOR tu Redentor.” (Isaías 54:7-8 LBLA)

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10 RVR)

“Ninguno puede venir a Mí, si el Padre que Me envió no le trajere; y Yo le resucitaré en el día postrero.” (Juan 6:44 RVR)

“Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco, y Me siguen, y Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de Mi mano. Mi Padre que Me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de Mi Padre.” (Juan 10:27-29 RVR)

Los sinceros buscadores de quienes hablan los hombres son los súbditos de otro dios, del príncipe de las tinieblas. Por eso es que ellos están siempre buscando y nunca encuentran. Ellos no oyen la voz del Salvador, la Luz de todos los hombres, ni Lo siguen. Más bien, ellos escuchan la voz de otro y tropiezan en la oscuridad. Eso es porque ellos están en su propia justicia, las obras de los hombres, y los caminos del destructor.

Esta es una maravillosa verdad: Dios deliberadamente creó al hombre para rechazar la verdad, de modo que Dios se presentara a Sí Mismo como el Salvador de la humanidad y demostrar que sólo Él es la Verdad. Nuestra injusticia confirma Su justicia. Todo es parte de Su inimaginable plan de salvación:

“Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe Su testimonio.” (Juan 3:32)

“Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos.” (Romanos 11:32 NBLH)

Los que Él llama y escoge en este tiempo, por Su voluntad y gracia, son los que Lo oyen y Le obedecen porque ellos han recibido Su testimonio:

“El que recibe Su testimonio certifica que Dios es veraz.” (Juan 3:33 RVG)

No es porque alguien sea un sincero buscador que él o ella encuentra la verdad, sino porque Dios ha puesto hambre en su corazón para venir a Él y pagar el precio de dejar todo lo que él o ella tiene. Así es como Dios certifica al mundo que Él es verdadero. Este es el sello de Dios que viene por medio de la cruz de Cristo.

Al decir que hay sinceros buscadores de la verdad, uno blasfemamente le atribuye justicia al hombre. Decimos que blasfemamente, porque si alguno anda sinceramente buscando la verdad no necesita a un Salvador. ¿No entregó Su vida Jesucristo porque la gente no andaba buscando la verdad sinceramente?

Por lo tanto, decir que tú eres una sincera buscadora de la verdad significa despreciar la sangre de Cristo. Es decir que tú no necesitas un Salvador y eso es pisotear la sangre del Cordero derramada por ti. Eso es lo que tú has estado haciendo sin saberlo. Todas tus palabras alabándolo y afirmándolo a Él solamente sirven para oscurecer esta realidad.

Dios no anda buscando la alabanza de tus labios. ¿De qué te sirve a ti o a Él cuando tú no estás caminando con Él, como es necesario. Él dice que es mejor ser frío que tibio. El fervor de las palabras sin hacer Su voluntad es de lo que se trata la tibieza; es mezclar lo frío con lo caliente. Lo que Él quiere es que tú te identifiques con Él y no con el mundo, especialmente con el componente religioso que toma Su Nombre en vano. Este mundo está programado para la extinción, y no importa cuán ferviente puedas ser tú con tus obras o forma de palabras, mientras estés arraigada al mundo, perecerás en él.

¿Qué crees tú que estaban haciendo los hijos de Dios en los días de Noé? Ellos estaban sinceramente buscando agradarse a sí mismos. Estaban mezclando lo espiritual y lo físico, los hijos de Dios (el Cielo) llegándose a las hijas de los hombres (el mundo), creyendo agradar a Dios, Quien aborrece la mixtura. Todos se fueron con el diluvio. Hoy, el mismo mundo está reservado para el fuego para terminar el trabajo.

El fuego viene a limpiar tanto el Cielo como la tierra, y todo lo que pueda ser destruido será consumido. Solamente lo que no perece saldrá del fuego de Dios. Dar crédito de piedad (búsqueda de Dios) al hombre (a ti misma) es edificar sobre lo que perece – heno, madera y hojarasca.

No pienses que tú puedes entender o liberarte a ti misma con un esfuerzo renovado o incrementado de tu parte.

Esa persistente voz interior, preguntando qué has hecho tú por otros, no es la voz de Dios. Es tu consciencia de culpa que te reclama porque no has tomado la cruz. Eso es el sustituto de la cruz. Son muchas las obras de los hombres que surgen de esta manera.

Pero el Señor les dice a los que oyen Su voz y son apartados para Él:

“Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga.” (Mateo 11:28-30 RVG)

¿Qué está pasando aquí, Joyce? ¿Somos Ezequiel para ti, y eres tú como sus oyentes para nosotros?:

“Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, agradable de voz y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen por obra.” (Ezequiel 33:32 RVG)

Esperamos que sea diferente. Que se haga la voluntad del Señor.

La única tierra extranjera que verdaderamente satisface el alma es la Jerusalén Celestial que viene de arriba:

“Pero ahora anhelaban una mejor patria, esto es, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les había preparado una ciudad.” (Hebreos 11:16 NBLH)

Por favor comparte esta carta con Cherie y con quien tú lo desees. Nosotros la vamos a compartir con otros también. La verdad es para todos, Joyce. El Señor dice: “Sea la Luz,” como está escrito:

“El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” (Hebreos 11:16 RVG)

Paul Cohen y Víctor Hafichuk

Traducido al español por Edwin Romero
Translated into Spanish by Edwin Romero

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