¿Cómo Votamos por el Señor Jesucristo?

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En las primeras ediciones sobre este tema, dijimos que necesitábamos votar por el Señor Jesucristo. También dijimos por qué necesitábamos votar por Él. La pregunta ahora ante nosotros es “¿Cómo votamos por Él?”

Las Escrituras dicen:

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; antes en la Ley del SEÑOR está su delicia, y en Su Ley medita de día y de noche. Y será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.” (Salmos 1: 1-3).

¿Cómo votamos por Jesucristo? Ponemos nuestra confianza completamente en Él.

Originalmente, Israel comenzó como una “teocracia,” es decir, no había rey, presidente, primer ministro, gobernador, o general militar para gobernar a la nación. Dios gobernada por medio del profeta y el sacerdote. El profeta oía de Dios y le pasaba al pueblo lo que él recibía de Dios. El sacerdote se acercaba a Dios en nombre del pueblo. Llegó un momento en que el pueblo le dijo al profeta: “Queremos ser como las naciones que nos rodean, y tener un rey que nos conduzca en la guerra.” (I Samuel 8: 5-20).

¿No es eso interesante? Ellos estaban pensando en la guerra, y por su miedo, esperaban en un liderazgo “tangible” para esa guerra. En otras palabras, no confiaban que el Todopoderoso Dios Viviente los guardara. Esto fue a pesar del hecho de que Él ya había hecho precisamente eso y más. Cuando creían y Le obedecían, no había nada que Él no pudiera o no quisiera hacer por ellos. Ellos no tenían absolutamente nada que temer más que al miedo mismo. Ellos temían al hombre. Es por eso que, ese día, ellos “votaron” por el hombre, al pedir un rey. No estaban confiando en Dios sino que Lo estaban rechazando al votar por el hombre.

¿Cómo votamos por el Señor Jesucristo? La respuesta es el arrepentimiento y la confesión de todos los pecados delante de Dios y del hombre – así es cómo. Ponemos nuestra confianza completamente en Él. Ponemos la mirada en Él para tener dirección, guianza, protección y provisión. Creemos y estamos de acuerdo con todo lo que Él dice, y obedecemos todo lo que Él nos pide. Nosotros Lo confesamos como Señor, y nos declaramos Sus siervos, no sólo de palabra (lo cual, si sólo es de palabra, sería hipócrita), sino también con los hechos, en todo lo que pensamos, decimos y hacemos. Así es cómo ponemos nuestra confianza en Él. Así es cómo votamos por Él.

Las Escrituras dicen:

“Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios Le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, mas con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10: 9-10).

Y vea esto:

“Porque la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego; porque el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que Le invocan. Porque todo aquel que invocare el Nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10: 11-13).

Votar por hombresno es la respuesta, sino un insulto a Dios, sobre todo si como votantes permanecemos en nuestros pecados. Al votar por el Señor Jesucristo, no somos avergonzados, y todas nuestras necesidades son satisfechas. ¿Quién de los que han votado a favor de los hombres puede decir lo mismo?

Volviendo al Salmo 1 al principio de este escrito, nos dedicamos a vivir de acuerdo con la Ley de Dios, las enseñanzas del Señor. No hay otra manera. ¿Cómo hacemos eso? No podemos. “¡¿No podemos?!” podrá exclamar usted. “¿Cómo es que debemos hacer lo que no podemos hacer?”

Marcos 10:17-27 RVR
(17) Al salir Él para seguir Su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
(18) Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
(19) Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
(20) Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.
(21) Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el Cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
(22) Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
(23) Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a Sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas!
(24) Los discípulos se asombraron de Sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que confían en las riquezas!
(25) Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de Dios.
(26) Ellos se asombraban más aun, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
(27) Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.

Cuando usted se rinda al Señor Jesucristo, votando por Él, usted será salvo.

Sí, queridolector, yo he aprendido la amarga verdad de no ser capaz de echar alas y volar a la luna. De hecho, es imposible ganar el favor de Dios. No tenemos la naturaleza o el poder para hacerlo. Sin embargo, también aprendí la gloriosa y emancipadora verdad de que Dios me puede llevar a la luna y más allá, con bastante facilidad. Él lo ha hecho por mí y por otros que conozco. Él puede hacerlo.

Su esperanza no debe estar anclada a su propia virtud o habilidad o conocimiento para ser salvo o estar bien con Él, como es la noción prevalente hoy en día, sino en Él, y punto. Cuando usted haya llegado al final de sí mismo, y se rinda al Señor Jesucristo, o dicho de otra manera, ECHE SU VOTO por Él, usted será salvo.

¿Qué significa votar por el Señor Jesucristo? Es prácticamente lo mismo que votar a favor de los hombres. Al emitir su voto, usted está, en efecto, diciendo: “Estoy dependiendo de usted, señor Político, para cumplir mis deseos. Me estoy comprometiendo con su liderazgo.” Con el Señor Jesucristo, uno vota al decir, con el corazón: “Yo pongo mi confianza en Ti, Señor Jesús. Estoy dependiendo de que Tú me dirijas, me guíes, me protejas y me proveas. No puedo hacerlo yo mismo.”

Es Su voluntad que usted haga precisamente eso. La Biblia dice que cuando usted pide de acuerdo a Su voluntad, Él definitivamente escuchará su oración, y si Él escucha su oración, automáticamente le concede su petición. Usted tampoco tendrá que salir y conseguir cien mil personas que firmen. La sola “firma” de Él es suficiente.

Después de todo, Él no es un político, probando las aguas de la opinión popular. Él busca su corazón. Teniendo eso, Él no escatimará nada para darle todo lo que su corazón desea. Yo lo sé. Yo Le he dado mi voto a Él, y he encontrado que Él es perfectamente fiel.

Sepa que esto comienza con usted. Aunque nadie más que usted mismo vote por el Señor, usted todavía estará mucho mejor que si no vota por Él – usted habrá librado su alma de la destrucción. Con todo el mundo haciendo lo mismo, tendremos paz, buena voluntad y prosperidad para todos, garantizado.

Víctor Hafichuk

La Trilogía del Voto:

¿Por Quién Votamos?

¿Por Qué Votamos por Jesucristo?

¿Cómo Votamos por el Señor Jesucristo?

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