Doctrina Diabólica: La Segunda Venida (Cristo Regresará Pronto en un Cuerpo Físico)

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“Y he aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.” (Apocalipsis 22:12 RVG)

Esta falsa enseñanza de la venida física del Señor sí que ha sido como una zanahoria, colgada frente a las narices de las masas religiosas como una posibilidad estimulante y sensacional que enmascara la futilidad y esterilidad de su vana profesión de fe. ¿Cuántos han muerto esperando la “pronta” venida de Cristo, y así perdiéndose de la comunión presente con Él a cambio de una promesa de un pastel en el cielo? Ellos están “siempre aprendiendo y sin llegar nunca al conocimiento de la Verdad,” la cual es el Señor Jesucristo.

¿Vino el Señor a darle falsas esperanzas al pueblo o vida abundante en el presente? ¿Encuentran los que buscan, o nos ha dejado el Señor a todos colgados y secos desde Su resurrección y ascensión? ¿Es el llamado a la fe en Cristo un juego de sillas musicales, una lotería de salvación en la cual sólo unos pocos suertudos durante los milenios podrán experimentar la aparición y presencia del Señor? ¡Nada de eso!

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” (Salmo 46:1 RVG)

“Y he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:20 RVG)

¿Cómo puede el Señor salvarnos completamente, si Él no viene ahora y nos trasforma a Su imagen por Su Espíritu? Entonces, ¿qué es todo ese hablar acerca de que “Cristo vuelve pronto,” como si Él no hubiera regresado y no viene en el presente a los que le buscan diligentemente?

“Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que Lo esperan.” (Hebreo 9:28 RVG)

¿Significa eso que Él aparecerá solamente a los que Lo busquen y tengan la suerte de estar vivos en el tiempo correcto? ¿Juega juegos el Señor? Por supuesto que no. Su regreso no se ha demorado porque hayan pasado dos mil años ya, sino que sucedió cincuenta días después de levantarse de entre los muertos, así como se les prometió que Él regresaría a quienes vieron al Señor ascender:

“Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:11 RVG)

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” (Juan 14:18 RVG)

El Señor regresó en Pentecostés, no en la carne, sino en el Espíritu. De esta manera, Él vino no solamente a estar con Sus discípulos, sino a vivir en ellos. Los discípulos fueron inmersos en Su Espíritu, haciéndose uno con Cristo como parte de Su Cuerpo.

Efesios 5:30-32 RVR
(30) Porque somos miembros de Su cuerpo, de Su carne y de Sus huesos.
(31) “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.”
(32) Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la Iglesia.

Este regreso no solamente aplica a los discípulos que conocieron a Cristo en la carne, sino a todos los que han sido llamados por Dios desde entonces:

“Pedro les dijo: ‘Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.’” (Hechos 2:38-39 RVR)

El Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo, el cual es Él. Los que son bautizados en el Espíritu son bautizados en Cristo:

“Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.” (Gálatas 3:26-27 RVR)

Cristo regresó para estar presente con y dentro de Sus discípulos, así como Él se lo dijo a Saulo de Tarso, quien lo había estado persiguiendo a Él cuando perseguía a Su pueblo:

Hechos 9:1-5 RVR
(1) Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote,
(2) y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.
(3) Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;
(4) y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?
(5) Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: “Yo soy Jesús, a Quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.”

¿Por qué un creyente habría de poner atención al perpetuo hablar de la “pronta” venida del Señor por parte de los que no han experimentado Su venida presente? Estos mismos cristianos carnales que promueven una venida de Cristo física lo rechazan a Él cuando Él viene en Sus hermanos y hermanas que han recibido Su Espíritu, así como los judíos carnales lo rechazaron a Él en Su carne y sangre:

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.” (2 Juan 1:7 RVR)

Los que se enfocan en la “pronta” venida del Señor han mordido la carnada de Satanás, porque, como él, ellos gustan de las cosas de los hombres – la carne y este mundo. Al “esperar” que el Señor regrese, ellos pueden mantener sus miserables vidas en este mundo, en vez de tomar su cruz para morir y ser resucitados a vida con Cristo ahora y para siempre:

“Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente.” (Juan 11:27 RVR)

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el Cual me amó y se entregó a Sí Mismo por mí.” (Gálatas 2:20 RVR)

Satanás ha hecho de Cristo un salvador físico de la carne, sustituyendo con este falso Jesús al Salvador de los espíritus y almas de los hombres por medio de la cruz. El salvador físico es el de la “segunda venida” predicado por los hombres, y el verdadero Salvador es El Que viene y capacita a los que creen en Él para andar en la luz.

Los hombres han predicado de una venida literal del Señor para perpetuar la mentira de que al “aceptar” a Cristo como su Salvador, usted ya está bien con Dios. En lugar de buscarlo a Él para una liberación presente del pecado, usted puede esperar hasta tener un cuerpo incorruptible después de la muerte, o experimentar la victoria en la “pronta” venida del Señor a la tierra, cuando Él venga a juzgar al mundo y libere a Su pueblo del relajo que ellos han creado. En otras palabras, usted salió del paso y puede relajarse – todo estará bien.

Por supuesto, esta es pura imaginación, saltándose la necesidad presente de quitar el pecado y tomar la cruz, lo cual el Señor logra en los que reciben el arrepentimiento, quienes siguen por fe hasta recibir Su Espíritu y vencen la naturaleza de pecado por Su vida de resurrección por dentro. Así es como se celebran, en espíritu y en verdad, las tres Fiestas santas – la Pascua, el Pentecostés y los Tabernáculos. (Lea Los Tres Niveles.)

La venida espiritual del Señor, la cual es crucial para todo creyente, no es un evento histórico, sino un evento personal, prometido a cada hijo de fe:

“Y el Mismo Dios de Paz os santifique enteramente; y que todo vuestro espíritu y alma y cuerpo sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Tesalonicenses 5:23 RVG)

Sin esta venida, no hay santificación (ser apartados a santidad), entonces, ¿cómo puede Él no venir por nosotros, a menos que Él haya mentido, junto con todos los apóstoles que predicaron Su verdadera venida presente?

Por lo tanto, habiendo establecido que la venida del Señor se aplica a todo verdadero hijo e hija de fe, de ninguna manera negamos otro trascendental acontecimiento que todos los santos han estado esperando ansiosamente – la consumación del Reino de Dios en la tierra. Los discípulos preguntaron al respecto:

“Y estando Él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: ‘Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de Tu venida, y del fin del siglo?’” (Mateo 24:3 RVR)

Debemos notar primero que los discípulos no estaban preguntando acerca de una segunda venida, porque ellos no podían recibir ni comprender la muerte y resurrección del Señor, lo cual estaba por ocurrir:

Lucas 18:31-34 RVR
(31) Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
(32) Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido.
(33) Y después que le hayan azotado, Le matarán; mas al tercer día resucitará.
(34) Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía.

Ellos estaban esperando que sucediera algo más inmediatamente:

“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.” (Lucas 19:11 RVR)

El Señor les respondió a Sus discípulos acerca del fin del mundo de acuerdo con lo que ellos necesitaban oír y saber sobre lo que pasaría en sus vidas (principios que aplican a todos los creyentes):

“De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.” (Mateo 24:34 RVR)

En ninguna parte dijo el Señor que Él se aparecería físicamente a ellos, y no lo hizo. Él hasta les advirtió contra los que predicaban sobre Su venida física:

Mateo 24:23-26 RVR
(23) Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
(24) Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
(25) Ya os lo he dicho antes.
(26) Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.

Después de Su resurrección y antes de Su ascensión al Cielo, el Señor confirmó que el establecimiento físico de Su Reino con Israel no era un asunto que concerniera a Sus discípulos:

“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: ‘Señor, ¿restaurarás el Reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en Su sola potestad.‘” (Hechos 1:6-7 RVR)

La restauración de Israel estaba lejos en el futuro, como lo estaba el establecimiento del Reino de Dios sobre toda la tierra, como se habla en Daniel y Zacarías:

“Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.” (Daniel 2:34-35 RVR)

“Y el SEÑOR será Rey sobre toda la tierra; aquel día el SEÑOR será Uno, y Uno Su Nombre.” (Zacarías 14:9 LBLA)

Entonces tenemos la venida que todos los creyentes experimentan, la promesa del Padre:

“El Que testifica de estas cosas dice: ‘Sí, vengo pronto. Amén.’ ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22:20 LBLA)

“Gracia a vosotros y paz, de Aquel Quien es y Quien era y Quien ha de venir….” (Apocalipsis 1:4 LBLA)

Este es el Reino de Dios gobernando por dentro:

“Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el Reino de Mi Padre.” (Mateo 26:29 RVR)

Y está la consumación del Reino de Dios gobernando por dentro:

“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” (Romanos 8:18-21 RVR)

El siguiente es un resumen conciso sobre este tema en otra página de nuestro sitio:

De David Owuor – Another Self-Exposed Fraud:

Nueve: Su sitio dice: “El Señor le ha ordenado predicar el Arrepentimiento y la Santidad y el volverse completamente a Dios para preparar el camino para la Segunda Venida del Señor.

¿No deben los hombres arrepentirse del pecado en todo tiempo, no digamos con la inminente aparición del Señor? Además, los hombres han estado hablando de que el Señor viene otra vez desde que Pablo, Juan, Judas y Pedro predicaron, hace cerca de dos milenios. Todos ellos parece que pensaron que Él vendría en sus días. ¿Vino Jesús, o estaban equivocados ellos? Sucede que ellos tenían razón; Él vino, pero no como los hombres suponen.

Justo antes de Su muerte, Jesucristo les dijo a Sus discípulos que los dejaría y que luego regresaría. Él volvió de la tumba. Luego, Él ascendió al Cielo y regresó otra vez en Pentecostés, viniendo hasta a vivir en ellos.

Cuarenta años más tarde, Él vino otra vez – un evento comúnmente llamado el Día del Juicio o el Día del Señor – cuando el General Tito con sus legiones romanas destruyó Jerusalén, como lo había profetizado Jesús.

Él vino a Saulo de Tarso y lo confrontó diciendo: “Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?” ¿Cómo era que Saulo estaba persiguiendo a Jesús? Jesucristo vivía en cada uno de los santos que Saulo estaba amenazando, asesinando y echando en prisión; Él no fue quitado de la tierra.

Jesús vino y vino otra vez. Él sigue viniendo, pero no en un cuerpo físico literal, como lo esperan los hombres en su mente carnal. Jesucristo viene en Su pueblo, en Su Cuerpo (eso es lo que está ocurriendo aquí, en lo que desnudamos al falso profeta por Su Espíritu).

Esto no es lo que Owuor está diciendo acerca de la venida del Señor. Si él fuera un hombre de Dios, él sabría cómo viene Jesús, pero Jesús nunca ha venido a él, así que ¿cómo podría saberlo él? ¿Y qué sabe él sobre santidad, a la cual dice él estar llamando a la gente, dadas todas las cosas que nosotros hemos visto de él?

Considere la alternativa a creer esta doctrina: En lugar de desear y esperar algo que nunca les ha ocurrido a los santos, usted puede buscar y recibir por fe lo que muchos santos han tenido, un relación plena con el Señor y Salvador aquí y ahora. Entonces vendrá usted con Él en vez de perderse Su venida, o peor aún, resistir a Su Espíritu en una vacía profesión de fe.

 

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