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Esta es una negación por falta de experiencia. Los que nunca han recibido el Espíritu de Dios, y no creen, niegan a Dios (al Espíritu Santo) y Sus dones espirituales.
Sus dones, sin embargo, son una manifestación de Su misma Naturaleza:
“Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.” (Apocalipsis 19:10 RVG)
Algunos objetan: “Como yo no lo tengo, no es para estos días, o no existe.” Las mentes carnales incrédulas son genios para inventar argumentos y negar cualquier verdad – no es diferente a otro tiempo cuando los religiosos resistieron al Espíritu Santo y a los que son del Señor.
“Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51 RVG)
Nuestra experiencia espiritual no se completa con el arrepentimiento. Debemos seguir adelante.
“Y seréis aborrecidos de todos por causa de Mi Nombre, mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.” (Mateo 10:22 RVG)
Al confirmarlos en la fe, Pablo les enseñó a los creyentes que a través de muchas tribulaciones debían entrar ellos al Reino. ¿Habían entrado ellos al Reino o no? La mayoría de evangélicos dirían que uno es creyente porque ha entrado. Obviamente, Pablo sabía que había mucho más que recibir la Pascua de Dios por fe y ser lavados por la sangre del Cordero.
Uno debe continuar hasta recibir el Espíritu Santo, como lo hicieron todos en las Escrituras – los discípulos en Pentecostés (Hechos 2), los samaritanos (Hechos 8), Saulo (Hechos 9), Cornelio y los gentiles (Hechos 10) y los discípulos efesios (Hechos 19). Todos estos tenían el arrepentimiento y Algo Más. Ese “Algo Más” era el Espíritu de Dios, acompañado de Sus dones (1 Corintios 12). De allí, ellos prosiguieron a entrar en el reposo de Dios (Hebreos 3 y 4). La Pascua, el Pentecostés y los Tabernáculos – uno debe entrar, convertirse en, y celebrar las tres Fiestas.
No es suficiente arrepentirse. Tenemos que recibir el Espíritu de Dios, o no seremos Suyos (Romanos 8:9). Es así de sencillo.
Además, el Señor no vendrá a hacer Su morada en una vasija sucia. Él es un Dios santo y solamente honrará a aquellos que lo adoran en espíritu y en verdad.
Adelante; háganlo a un lado a Él, ustedes los “salvos.” Quédense con sus lujurias y falsas doctrinas; perezcan con Su Nombre en sus labios como si lo conocieran a Él. Ahora mismo Él les dice a ustedes: “Apártense de Mí hacedores de maldad, no los conozco” (Mateo 7:23). Satanás ha tenido éxito en detenerlos en una conversión falsa o, cuando más, en satisfacción con la verdad parcial, porque ustedes no tienen amor por la verdad. No están dispuestos a negarse a ustedes mismos y tomar su cruz.
Yo he tenido muchas sanidades, y las he visto personalmente en otros. He tenido muchas visiones, sueños, profecías, y otros dones del Espíritu, como dijo Joel que sucedería con los creyentes, mucho de lo cual, si no todo, se ha cumplido y confirmado. Varias personas que yo conozco han tenido sueños, visiones y profecías que se han cumplido también.
¿No habló el Señor sobre señales que seguirían a los creyentes (Marcos 16:17-18)? ¿Eran esas señales solamente para esos días? Él no dijo eso. ¿Cómo entonces pueden decirlo ustedes? Los que creen buscarán lo que estoy diciendo, creyéndolo.
¿Me estoy jactando? Si es así, es en el Señor y en las cosas que Él me ha concedido por gracia. Yo no soy nada. Ninguno de nosotros es algo.
¿Qué evidencia Bíblica hay para apoyar la necia idea de que los dones no son para estos días?
“Esa fue una dispensación diferente,” dicen algunos. Yo les digo que donde está el Espíritu de Dios, Él se manifiesta.
¿Les preocupan los dones falsos? Sí, existen. Pero ¿descarta usted su dinero verdadero sólo porque los ladrones han falsificado dinero?
Necios con excusas baratas y argumentos tan astutos, ¿de qué les servirá su sabiduría al final? Pero la sabiduría de Dios se justifica por sus hijos. Yo les digo que si los dones del Espíritu no se manifiestan en ustedes, ustedes no tienen el Espíritu de Dios. Si ustedes resisten al Espíritu Santo, resisten a Jesucristo, a Quien ustedes presumen amar y adorar, porque Él es el Espíritu Santo.
Hay quienes citan este pasaje para refutar la validez de los dones para hoy:
“El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará.” (1 Corintios 13:8-10 LBLA)
Solamente necesito preguntarles: ¿Ya pasó el conocimiento? ¿Ya no hay necesidad de sanidad? ¿Ya vino lo perfecto? ¿Son ustedes ya perfectos, ustedes que niegan los dones?
Si su respuesta a cualquiera de esas preguntas es negativa, ¿cómo pueden decir que ya no existen los dones? Y si ustedes aún necesitan Su perfección, ¿cómo la van a obtener, si no por lo que Él da para completar este fin deseado? Para tal fin sirven los dones y ministerios en Su Cuerpo, hasta que todo esté completo.
“Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos el Señor Dios.” (Salmo 68:8)
Si usted se opone a los dones, usted se opone a Dios. Y no estamos hablando de dones carnales como talentos, entrenamiento u otros intereses especiales como la enseñanza o el hablar en público. No, no estamos hablando de talentos y habilidades que el mundo tiene, sino de los dones espirituales, según la lista de 1 Corintios 12, los nueve dones y más.
1 Corintios 12:4-12 RVG
(4) Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el mismo Espíritu es.
(5) Y hay diversidad de ministerios; pero el mismo Señor es.
(6) Y hay diversidad de operaciones; pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos.
(7) Pero a cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho.
(8) Porque a la verdad, a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento por el mismo Espíritu;
(9) a otro, fe por el mismo Espíritu, y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
(10) a otro, el hacer milagros, y a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
(11) Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo en particular a cada uno como Él quiere.
(12) Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
A los humildes y que se han arrepentido, les digo: “¡Sigan adelante! ¡Hay más!” Eso debería emocionarles, no desanimarlos ni enojarlos. Los que buscan a Dios se regocijarán.
Lea Cómo Uno es Salvo, El Arrepentimiento, El Bautismo en el Espíritu Santo, Los Tres Niveles, y How the Lord Exposed Billy Graham.
Considere la alternativa a creer en esta doctrina: Si yo busco a Dios y recibo los dones espirituales, conoceré y tendré más de Dios. Si los dones del Espíritu ya no están disponibles, no habré perdido nada, con tal que yo busque obedecer a Dios. Pero si el bautismo en el Espíritu está disponible y yo lo rechazo, estaré rechazando a Dios, y en realidad, la salvación misma.
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