“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo: Este pueblo se acerca a Mí con su boca, y de labios Me honra, pero su corazón lejos está de Mí. Pero en vano Me honran; enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.” (Mateo 15:7-9 RVG)
La condición del mundo es tal que creer en Dios se considera una gran virtud. ¿De qué sirve creer en Dios? Lo veremos.
¿Cómo es que la gente se siente tan orgullosa de su espiritualidad porque cree en Dios?
Los asilos y las prisiones están llenos de los que creen en Dios. Asesinos en serie, violadores, esquizofrénicos, pandillas criminales, y ejércitos implacables como el Ejército de Resistencia del Señor en Uganda, quienes secuestran, saquean, violan, mutilan y matan creen en Dios.
Casi todo mundo cree en Dios. Todas las religiones principales, aunque vivan en oposición unas con otras, creen en Dios. Los musulmanes, los hindúes, los budistas, los judíos, los espiritualistas, las naciones aborígenes, los del Nueva Era, y hasta los satanistas creen en Dios. Muchas religiones paganas han creído en Dios.
La mayoría de, sino todas, las denominaciones cristianas creen en Dios; no obstante, muchas de estas egoístamente han tomado la espada unos contra otros. Entonces, ¿dónde está la virtud de creer en Dios? ¿Cómo es que la gente puede sentirse tan orgullosa, o satisfecha con, su espiritualidad simplemente porque cree en Dios?
Muchas religiones matan en el Nombre de Dios. En Su Nombre, los judíos persiguieron y ejecutaron a los nuevos creyentes en Jesucristo. De hecho, ellos crucificaron a su Mesías en el Nombre de Dios. Desde entonces, por cerca de dos milenios, los judíos han sido dolorosamente perseguidos por los que creen en Dios y hasta en Jesucristo. La tierra está en turbulencia hoy porque millones de musulmanes están matando en el nombre de Alá, su Dios. Ellos han estado haciéndolo desde sus inicios con Mahoma en el siglo VII.
A través de su historia, los verdaderos creyentes en Dios han sido perseguidos por los que dicen creer en Dios y en Jesucristo. A través de gran parte de la historia del cristianismo nominal, la Iglesia Católica ha traspasado a millones en el Nombre de Jesucristo. Los calvinistas, luteranos, presbiterianos, bautistas, congregacionalistas, anglicanos y tantos otros que profesan adorar y servir al Señor Jesucristo han perseguido y matado a muchos por su fe, porque sus víctimas no estaban doctrinalmente de acuerdo con ellos. Jesús les dijo a Sus discípulos:
“Os echarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.” (Juan 16:2 RVG)
“El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que Me ama.”
Santiago les decía a los que creían en Jesucristo: “Tú crees que hay un Dios; bien haces; también los demonios creen y tiemblan.” (Santiago 2:19 RVG)
Uno puede creer en la existencia de Dios, pero ¿y qué? ¡Satanás de verdad cree en Su existencia también! La gente parece creer que ellos merecen reconocimiento o crédito por creer en Dios. Ellos parecen opinar que son virtuosos y valiosos miembros de la sociedad porque ellos no son ateos y porque ellos aman a sus familias y tiene algún tipo de afiliación religiosa.
Pero ¿qué dice Jesús acerca de la fe verdadera? Esta es Su definición de la verdadera fe y fidelidad hacia Dios, la única que tiene valor para la humanidad:
“El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ése es el que Me ama; y el que Me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y Me manifestaré a él.” (Juan 14:21 NBLA)
No, “creer en Dios,” por el uso popular de la expresión, ¡no significa nada, nada de nada! La gran mayoría de los que creen tener algo que atesorar o de qué estar orgullosos porque ellos creen en Dios no tienen absolutamente nada. ¡Ellos están peligrosa y trágicamente engañados!
Escuche más de lo que Jesús tiene que decir acerca del fruto de la verdadera fe:
“Jesús le respondió: ‘Si alguien Me ama, guardará Mi Palabra; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.’” (Juan 14:23 NBLH)
Las multitudes que creen en Dios y se llaman a sí mismos cristianos ni siquiera saben qué quiso decir Jesús con, “Si alguien Me ama, guardará Mi Palabra.”
¿Usted “tiene al Hijo,” o simplemente “cree en Dios”? Escuche esto:
“El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” (1 Juan 5:12 NBLH)
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.” (Juan 3:36 NBLH)
Uno no puede tener verdadera fe en Dios mientras rechace al Hijo de Dios.
Los musulmanes “creen en Dios,” pero niegan que Dios tenga un Hijo. Añadiendo error a su error, ellos niegan que Jesucristo, el Hijo, sea Dios. En realidad, con oportunidad ellos hasta matan a los que creen que Jesucristo es el Hijo de Dios. No obstante, los musulmanes “creen en Dios.” Su problema, y el problema de todos los que creen en Dios, es que ellos no tienen idea de Quién es Dios y lo que Él define como la verdadera fe y adoración, igual que los demonios que, como lo declara Santiago, creen en Dios.
Acerca de Dios, Jesús les dijo a Sus discípulos, a Sus ungidos:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre sino por Mí.” (Juan 14:6 NBLH)
Son muchos los que dicen: “No sé si yo creo en Jesús, pero yo creo en Dios,” como si ellos tienen algo de valor o espiritualidad. Pero esto es lo que Jesús les dijo a Sus discípulos al respecto:
“El que a vosotros oye, a Mí me oye; y el que a vosotros desecha, a Mí me desecha; y el que a Mí me desecha, desecha al que Me envió.” (Lucas 10:16 RVG)
Uno no puede tener verdadera fe en Dios mientras rechace al Hijo de Dios.
En el día de Pentecostés, Pedro y como 120 más recibieron al Espíritu de Dios. En ese momento él les dijo a las multitudes reunidas (refiriéndose a Jesucristo):
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro Nombre bajo del Cielo, dado a los hombres, en que debamos ser salvos.” (Hechos 4:12 RVG)
El apóstol Juan dijo esto: “¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es anticristo, que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre.” (1 Juan 2:22-23 RVG)
Lo mejor suyo no es lo suficientemente bueno, nunca lo fue y nunca lo será.
Entonces, pecadores, no es suficiente creer en Dios. Sus pecados los llevarán a la completa destrucción con esa creencia. No les servirá de nada a ustedes, absolutamente nada. Ustedes tienen que… arrepentirse. Tienen que cambiar de su posición santurrona de creen en Dios de acuerdo a la definición de ustedes y empezar a temer a Dios de acuerdo a Su definición.
“El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.” (Proverbios 1:7 NBLH)
Está la definición carnal del hombre (o la definición de los demonios, como dice Santiago) de creer en Dios, y luego está la definición de Dios de creer en Él. ¿Cuál creencia cree usted que valdrá algo para Él (y para usted)? Si la suya es error, y lo es, de acuerdo a las Escrituras, ¿por qué habría de valorar Él esa definición? “Yo hago lo mejor que puedo,” responde usted. De acuerdo con la Palabra de Dios, ¡eso no es lo suficientemente bueno! Oiga lo que dice Isaías:
“Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran.” (Isaías 64:6 LBLA)
Lo mejor de usted no es lo suficientemente bueno, nunca lo fue y nunca lo será, a menos que usted piense que un trapo sucio con menstruación sea aceptable para el Señor. Solamente lo mejor de Él, solamente Su justicia servirá, porque el hombre está en total bancarrota de justicia – sobre ese punto la Biblia es tan clara como un cristal.
¿Qué requiere de usted el primer mandamiento (a propósito, no una simple sugerencia o lineamiento)? Aquí lo tiene:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento.” (Mateo 22:37-38 RVG)
Rompa ese Mandamiento y usted está muerto; toda su creencia en Dios es paja inservible. Usted dice que de verdad ama a Dios. ¿De verdad? De nuevo, ¿quién es el que lo ama a Él?
“El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ése es el que Me ama; y el que Me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y Me manifestaré a él.” (Juan 14:21 NBLH)
El juicio de Dios está sobre usted, si usted profesa fe en Él descuidadamente.
Así que usted va regularmente a la iglesia, es miembro firme de la misma, le da jalón a la gente camino a la iglesia y a las funciones religiosas, canta himnos, abraza y da la mano a sus compañeros de congregación, los invita a cenar después del culto, testifica, evangeliza a otros, lee la Biblia, memoriza versículos, enseña en la Escuela Dominical, conduce estudios Bíblicos, da limosnas, diezmos y ofrendas, sirve de ujier, miembro del coro, o director, sirve como asistente del pastor, como diácono, anciano, o hasta como pastor, obispo o evangelista. Así que usted predica, profetiza, ora, ayuna y hasta echa fuera demonios y hace otros milagros.
¿Sabía usted que ninguna de esas cosas son primordialmente las cosas de las que Él está hablando cuando habla de tener Sus Mandamientos y guardarlos (aunque Él sí ordenó algunas de esas cosas)? ¿Sabía usted que los fariseos también hacían la mayoría de esas cosas, y más?
Si usted cree que esas son las cosas de las que Jesús hablaba primordialmente, entonces lo más probable es que usted aún esté en sus pecados y separado por esos pecados de a Quien usted presume amar y agradar.
Profesar fe en Dios descuidadamente es un asunto serio. Hay un Mandamiento de los Diez que describe la consecuencia particular de romperlo:
“No tomarás el Nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por inocente al que tome Su Nombre en vano.” (Éxodo 20:7 LBLA)
Aún ahora el juicio de Dios está sobre usted, aunque probablemente usted no lo sepa, si usted profesa fe en Él descuidadamente y con indiferencia.
¿Cuál es entonces la respuesta para usted?
“Y sucederá que todo aquel que invocare el Nombre del Señor, será salvo.” (Hechos 2:21 RVG)
Romanos 10:6-11 RVG
(6) Pero la justicia que es por la fe dice así: “No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al Cielo?” esto es, para traer abajo a Cristo.
(7) O, “¿quién descenderá al abismo?” esto es, para volver a subir a Cristo de los muertos.
(8) Mas ¿qué dice? “Cerca de ti está la Palabra, en tu boca y en tu corazón.” Ésta es la Palabra de Fe la cual predicamos:
(9) Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
(10) Porque con el corazón se cree para justicia, mas con la boca se hace confesión para salvación.
(11) Porque la Escritura dice: “Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado.”
Si usted clama a Él con todo su corazón, persistentemente, a su debido tiempo Él le oirá y lo alcanzará, y cuando Él lo haga, usted lo sabrá; no se equivoque ni tenga temor con eso.
“Y Me buscarán y Me hallarán, cuando Me busquen de todo corazón.” (Jeremías 29:13 NBLH)
Usted cambiará, no porque usted pueda cambiarse a sí mismo, sino porque Él lo cambiará a usted:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:8-10 RVG)
Creer en Dios no es suficiente. La fe unida a la obediencia es el único camino.
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación, con temor y temblor, porque es Dios el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por Su buena voluntad.” (Filipenses 2:12-13 RVG)
Entonces tendrá usted la verdadera fe de Dios. Entonces usted creerá a la manera que Dios espera que usted crea, y cuando usted de verdad crea, esto es lo que usted dirá, luego de haber hecho todo lo que se le haya ordenado:
“Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.” (Lucas 17:10 RVG)
Usted habrá iniciado el proceso de la salvación, y perseverando hasta el final, usted será salvo:
“Y serán odiados de todos por causa de Mi Nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.” (Mateo 10:22 NBLH)
Recuerde, Jesús les habló las siguientes palabras a los que más bien estaban satisfechos con su mediocre espiritualidad y servicio:
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca.” (Apocalipsis 3:15-16 NBLH)
Quizás usted alguna vez haya empezado con fe genuina y de algún modo se extravió. Quizás usted pueda ser restaurado ahora. Busque al Señor y averígüelo.
Tal vez usted se haya ido muy lejos y ahora no puede ser restaurado porque usted ha despreciado al Señor más allá de la redención en esta vida (usted neciamente creyó que se podía salir con la suya):
Proverbios 1:24-28 NBLH
(24) Porque he llamado y han rehusado oír, he extendido Mi mano y nadie ha hecho caso.
(25) Han desatendido todo consejo Mío y no han deseado Mi reprensión.
(26) También Yo Me reiré de la calamidad de ustedes, Me burlaré cuando sobrevenga lo que temen,
(27) Cuando venga como tormenta lo que temen y su calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre ustedes tribulación y angustia.
(28) Entonces Me invocarán, pero no responderé; Me buscarán con diligencia, pero no Me hallarán.
Quizás usted no se haya extraviado, pero ha ignorado el hecho de que su estado no es ni por cerca satisfactorio para Dios sin un total abandono y compromiso con Él. Quizás usted lo sepa o tal vez no. Esto es lo que yo sé: Creer en Dios no es suficiente. La fe unida a la obediencia a Él, dejándolo todo por Su causa, es el único camino.
Romanos 12:1-2 SRV
(1) Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto.
(2) Y no os conforméis a este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Víctor Hafichuk
Traducido al español por Edwin Romero
Translated into Spanish by Edwin Romero