“Porque la ira de Dios se revela desde el Cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia detienen la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto; porque Dios se lo manifestó.” (Romanos 1:18-19 RVG)
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36 RVG)
“Y decían a las montañas y a las peñas: ‘Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de Aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero.’” (Apocalipsis 6:16 RVG)
La Ira, una Característica Real y Permanente de Dios
Aunque hay algunos que con gusto predican sobre la ira de Dios, de fuego y azufre para hacer prosélitos de sus oyentes, a pocos les gusta oír sobre eso, pues ellos tienen una incómoda sospecha de que la prédica se aplica a ellos.
Muchos niegan que Dios tenga ira, y prefieren presentarlo como un alcahuete – un flojo, tolerante y pasivo que no le haría daño a una mosca. Sin embrago, vemos la ira de Dios por todas partes, todos los días y en muchas vidas. Sin duda alguna, Dios es amor, pero Su ira también es real. Aunque usted puede escoger negarla, no obstante, usted puede contar con ella.
La Ira de Dios Siempre Redentora
Sin embargo, una cosa debe quedar clara. A la larga, la ira de Dios siempre es redentora; nunca es diferente, para nadie. Su venganza es puramente para balancear las escalas, nunca para destruirlas. Todo mal en el que Dios trabaja, Él lo hace para un eventual bien en todos los involucrados. Aun así, nunca es cosa agradable incurrir en Su ira, ni en lo más remoto.
Un escenario de esos que se dan casi a cada minuto alrededor del mundo:
Un paciente de hospital le dice a su compañero de sala: “Debemos estar muy agradecidos por los doctores. ¿No es maravilloso cómo ellos pueden arreglar tantas cosas que nos afectan? Yo realmente amo al doctor de mi familia. Él ha atendido a nuestra familia en muchas dificultades a través de los años.”
Entra el doctor a hacer sus rondas. “Buenos días, Jorge.”
“Buenos días, doctor – ¡qué bueno verlo! ¿Qué me cuenta hoy?”
El doctor vacila por unos momentos y luego dice: “Hemos hecho una investigación completa. Me temo que no hay más que podamos hacer. Lo siento.”
Es el caso de un doctor que tiene que ser el portador de malas noticias para alguien a quien él ha cuidado por tanto tiempo, alguien a quien él ha ayudado en el pasado, alguien a quien él ha tratado de aconsejar respecto a su estilo de vida, para que lo cambie y lo mejore, pero sus palabras han caído en oídos sordos.
Era igual en los días de Noé. La ley de Dios y Sus advertencias no fueron escuchadas. “Dios es amor,” decían ellos. “Él nunca destruiría a la gente que Él creó. Miren lo que pasó con Adán y Eva. Ellos pecaron. ¿Los mató Él? No. De hecho, en Su amor por ellos, Él cubrió su desnudez con pieles. Claro que no pudieron quedarse más en el jardín. No es gran cosa. ¡Y Él les dio hijos a Adán y a Eva, Caín y Abel!”
Muy cierto, Dios es un Dios bueno, un Dios misericordioso y compasivo.
“Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el Cielo; porque Él hace que Su sol salga sobre malos y buenos; y envía lluvia sobre justos e injustos.” (Mateo 5:44-45 RVG)
Y Él no cambia.
“Porque Yo, el SEÑOR, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” (Malaquías 3:6 LBLA)
“Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.” (Hebreos 13:8 LBLA)
Nosotros dependemos del hecho de que Él siempre será como es Él.
Caín y Abel
¿Qué de Caín, que mató a su hermano inocente y justo, Abel? ¿Lo mató Dios por eso? No, Él habló con Caín, advirtiéndole que a menos que se arrepintiera (cambiara de actitud), habría consecuencias; Él hasta le puso una marca a Caín para protegerlo de que le fuera a ocurrir lo mismo que él le había hecho a su hermano:
Génesis 4:3-17 LBLA
(3) Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al SEÑOR una ofrenda del fruto de la tierra.
(4) También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda,
(5) pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó.
(6) Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante?
(7) Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.
(8) Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo. Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
(9) Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?
(10) Y Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde la tierra.
(11) Ahora pues, maldito eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
(12) Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en la tierra.
(13) Y Caín dijo al SEÑOR: Mi castigo es demasiado grande para soportarlo.
(14) He aquí, me has arrojado hoy de la faz de la tierra, y de Tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra; y sucederá que cualquiera que me halle me matará.
(15) Entonces el SEÑOR le dijo: No será así; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza. Y puso el SEÑOR una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara.
(16) Y salió Caín de la presencia del SEÑOR, y se estableció en la tierra de Nod, al oriente del Edén.
(17) Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo.
Dios no sólo protegió a Caín, sino que ¡lo prosperó!
A la luz de estos testimonios Bíblicos, si han de ser creídos, ¿cómo podríamos atrevernos a declarar la realidad de la ira de Dios?
Noé Construye el Arca
Otro escenario:
Uno podría haber dicho: “Este Noé no reconoce la gracia y misericordia de Dios. Allí está, el muy tonto, construyendo un barco enorme, y ¿para qué? ¡¿Esperan él y su familia que un Dios amoroso se deshaga no sólo de una o dos personas, sino de todo y todos menos de ellos?! ¿Quién se cree que es él – el favorito de Dios? ¡¿Hasta dónde puede llegar el engaño de un tipo?!
“Este tipo piensa que todo gira alrededor de él. Él piensa que oye a Dios. Dios = Noé, y Noé = Dios, ¿correcto? ¡Qué buen chiste! La serpiente no se ha dado por vencida, ¿verdad? Trabaja tiempo extra con Noé. Creo que ese está amargado. ¡Y pobrecitos sus hijos! Él los ha engañado junto con su esposa. Su esposa parece bastante buena. ¿No puede ver ella la locura de él? ¿Será eso difícil?”
Entonces, ¿qué pasó? Noé entendió los caminos de Dios y creyó Su Palabra:
Génesis 6:5-18 LBLA
(5) Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal.
(6) Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en Su corazón.
(7) Y el SEÑOR dijo: Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque Me pesa haberlos hecho.
(8) Mas Noé halló gracia ante los ojos del SEÑOR.
(9) Estas son las generaciones de Noé. Noé era un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos; Noé andaba con Dios.
(10) Y Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
(11) Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.
(12) Y miró Dios a la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
(13) Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra.
(14) Hazte un arca de madera de ciprés; harás el arca con compartimientos, y la calafatearás por dentro y por fuera con brea.
(15) Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura y de treinta codos su altura.
(16) Harás una ventana en el arca y la terminarás a un codo del techo, y pondrás la puerta del arca en su costado; la harás con piso bajo, segundo y tercero.
(17) Y he aquí, Yo traeré un diluvio sobre la tierra, para destruir toda carne en que hay aliento de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra perecerá.
(18) Pero estableceré Mi pacto contigo; y entrarás en el arca tú, y contigo tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.
Noé esperaba que la ira de Dios se manifestara en las formas más terribles.
Pero Dios Prometió con un Arcoíris
Génesis 9:8-17 LBLA
(8) Entonces habló Dios a Noé y a sus hijos que estaban con él, diciendo:
(9) He aquí, yo establezco Mi pacto con vosotros, y con vuestra descendencia después de vosotros,
(10) y con todo ser viviente que está con vosotros: aves, ganados y todos los animales de la tierra que están con vosotros; todos los que han salido del arca, todos los animales de la tierra.
(11) Yo establezco Mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
(12) Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre Yo y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones:
(13) pongo Mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre Yo y la tierra.
(14) Y acontecerá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se verá el arco en las nubes,
(15) y Me acordaré de Mi pacto que hay entre Yo y vosotros y entre todo ser viviente de toda carne; y nunca más se convertirán las aguas en diluvio para destruir toda carne.
(16) Cuando el arco esté en las nubes, lo miraré para acordarme del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que está sobre la tierra.
(17) Y dijo Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre Yo y toda carne que está sobre la tierra.
Sí, Dios prometió que Él nunca jamás destruiría la tierra por agua otra vez, y podemos depender de Su Palabra. Sin embargo, el Hijo, uno con el Padre, dijo: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39 LBLA).
La Tierra Llena de Violencia Debe Ser Destruida con Fuego
Nosotros manejamos la idea de que en aquél tiempo había más vileza y más violencia, pero la palabra “violencia” en hebreo significa “ganancia injusta.” Y ciertamente había violencia física en ese tiempo, ¿y no tenemos eso nosotros? ¡Pero hablemos de ganancia injusta! La tierra está llena de eso hoy.
Mire las bolsas de valores, los debacles bancarios, el pillaje, la inflación, la deflación, las absorciones y los monopolios consumiendo los mercados. Vea la tiranía corporativa multinacional y gubernamental, la corrupción de los medios, y las noticias y comerciales engañosos. Dese cuenta de la tiranía médica, las injusticias del sistema de justicia, la ignorancia del sistema educacional, la corrupción del sistema de alimentación convencional que depende mucho de insumos dañinos e ingeniería genética, y la contaminación ambiental por ganancia, que mata todo a su paso. Tal vez lo peor de todo, tenemos las obras religiosas de los hombres que hacen mercancía de la gente, así como lo predijo Pedro – “Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas…” (2 Pedro 2:3).
Igual que una manzana podrida se pone mucho peor con los días, así hoy es peor que los días de Noé. En Levíticos se requerían dos agentes limpiadores, el agua y el fuego. El agua limpió la suciedad en los días de Noé, pero ahora necesitamos un agente limpiador más fuerte; el agua no será efectiva para hoy. El fuego tiene que venir, puesto que estos días finales son tan viles.
Lea La Violencia Es Galopante en la Tierra: Peor que en los Días de Noé.
¿No dijo Pedro que este Día del Señor sería en el cual “los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso” (2 Pedro 3:10)? A causa de la ira venidera, Pedro urgió al pueblo de Dios a andar en rectitud y santidad. No mucho después de que Pedro hiciera esa advertencia, la ira de Dios cayó sobre Israel, Jerusalén y el Templo. Muchos años antes de que esto sucediera, Jesús declaró que la ira de Dios sería el resultado del espíritu independiente de Su pueblo y de la rebelión contra Dios:
Lucas 19:41-44 RVG
(41) Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,
(42) diciendo: ¡Oh si hubieses conocido, aun tú, a lo menos en este tu día, lo que toca a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos.
(43) Porque vendrán días sobre ti, que tus enemigos te cercarán con vallado, y te pondrán cerco, y de todas partes te pondrán en estrecho,
(44) y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán en ti piedra sobre piedra; por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
Lucas 13:34-35 RVG
(34) ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
(35) He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y de cierto os digo que no Me veréis, hasta que venga el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en el Nombre del Señor.
Pero es increíble cómo el pecado ciega y engaña a los santurrones y les hace creer que son santos, y no hay ni que hablarles. Hay reportes de que cuando el Templo estaba ardiendo hasta el suelo, algunos se subieron al techo, esperando que Dios interviniera y los salvara de Su ira. No sucedió.
El Juicio de Jerusalén – y el del Mundo
“¿Fue Su ira la que provocó la destrucción de Jerusalén,” se preguntará usted, “o fue la ira de Roma?” Con seguridad, fue la Suya. Roma no podía hacer nada sin Su voluntad. Dios le prometió a Salomón gran bendición por la obediencia, pero también le advirtió a Salomón cuando construyó el Templo:
1 Reyes 9:6-9 LBLA
(6) Pero si en verdad vosotros o vuestros hijos os apartáis de Mí y no guardáis Mis mandamientos y Mis estatutos que he puesto delante de vosotros, y os vais y servís a otros dioses y los adoráis,
(7) entonces cortaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he dado; y la casa que he consagrado a Mi Nombre la echaré de Mi presencia, e Israel se convertirá en refrán y escarnio entre todos los pueblos.
(8) Y esta casa se convertirá en un montón de ruinas, todo el que pase quedará atónito y silbará; y dirán: “¿Por qué ha hecho así el SEÑOR a esta tierra y a esta casa?”
(9) Y responderán: “Porque abandonaron al SEÑOR su Dios, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y tomaron para sí otros dioses, los adoraron y los sirvieron; por eso el SEÑOR ha traído toda esta adversidad sobre ellos.”
Siglos más tarde, Dios habló por Jeremías:
Jeremías 6:6-8 LBLA
(6) Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos: Cortad sus árboles, y poned sitio contra Jerusalén. Esta es la ciudad que ha de ser castigada, todo dentro de ella es opresión.
(7) Como un pozo mantiene frescas sus aguas, así ella mantiene fresca su maldad. En ella se oyen violencia y destrucción; ante Mí hay de continuo enfermedades y heridas.
(8) Sé precavida, oh Jerusalén, no sea que Mi alma se aleje de ti; no sea que Yo te convierta en desolación, en tierra despoblada.
Babilonia destruyó a Israel, y siglos más tarde, Roma hizo lo mismo, como Dios lo determinó y lo anunció. Él nos advierte por medio de Pedro también:
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio; si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos.” (2 Pedro 2:4-5 LBLA)
Y el Señor sigue advirtiendo al mundo por medio de nosotros, los que Él ha enviado:
“Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies. En verdad os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.” (Mateo 10:14-15 LBLA)
Siglos antes que Jesús apareciera en la historia como hombre, hablando esas palabras, Israel había sido llevada cautiva por Babilonia. Sólo un remanente de Israel fue librado – Dios a menudo guarda un remanente, no a la mayoría. ¡Y qué pequeño puede ser ese remanente! En los días de Noé, Él salvó apenas ocho almas de toda la población de la tierra. Jesús comparó los días de Noé igual que como sería en este último día, el día de Su venida.
El Destino de los Burladores
“Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; de que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvadas concupiscencias. Éstos son los que se separan a sí mismos, sensuales, no teniendo el Espíritu.” (Judas 1:17-19 RVG)
“¡Dios es amor! ¡Dios es amor!” claman todos. Yo veo a multitudes de amadores de los placeres agarrados de las manos, danzando y saltando en círculos, cantando:
“¡Qué tonto es Dios, qué tonto es!
¡Véanlo reír, mírenlo babear!
¡Nos divertiremos y placer tendremos;
Él nos salvó cuando a Su Hijo nos dio!
¡Naa naa naa naa!”
Se mofan de Dios, de la verdad, la justicia, la rectitud, la sobriedad, la santidad, y del amor – del amor de Dios. Hacen burla de todo lo que es verdadero, puro, correcto, honesto y bueno. A lo bueno lo llaman malo y a lo malo bueno. Se van donde predicadores que los justifican, los consuelan, y hasta les animan y son indulgentes con sus lujurias. Ellos adoran a otros dioses a quienes les endosan el Nombre del Señor Jesucristo, diciendo: “Él es así,” cuando Él no es para nada como ellos declaran.
Al no estar arrepentidos, los pecadores tienen que justificarse a sí mismos. Leen la Biblia con vendas en sus ojos y hacen elocuentes interpretaciones y comentarios que se ajusten a sus malas consciencias. Pero la Biblia está repleta de la ira de Dios contra el pecado y los pecadores.
Usted ha oído decir: “Dios odia el pecado, pero ama al pecador.” Si eso fuera así, seguramente la Biblia solamente hablaría de destruir el pecado, no a los pecadores. Es cierto, Él quita el pecado por el sacrificio de sangre y lo hizo desde antes de la fundación del mundo, pero Él siempre ha destruido a los pecadores, sin importar cuánta gracia hayan pensado ellos que tenían disponible.
La gente en los días de Noé creyó que podían contar con la gracia de Dios. Igual fue con los hijos de Israel, cuyos falsos profetas le profetizaron paz y prosperidad al pueblo, así como en los días inmediatos antes de las destrucciones causadas por Babilonia y por Roma.
“Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño. Y curan a la ligera el quebranto de Mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz’, pero no hay paz. ¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan; en la hora que Yo los castigue serán derribados, dice el SEÑOR.” (Jeremías 6:13-15 LBLA)
La gracia no es como suponen los hombres. La expiación no es como los hombres suponen. La ley nunca fue quitada del diseño de Dios de las cosas (lea Law and Grace). Dios esperaba que siempre se honrara y se estableciera la Ley (Romanos 3:31).
El Dios de Ayer
Ahora, si Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por siempre (Hebreos 13:8), veamos cómo fue Él ayer. De esa manera, podemos ver cómo es Él hoy y permanecerá por siempre. La Biblia es un testigo fiel del Autor de la Biblia.
“Y el SEÑOR dijo: ‘Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado…’” (Génesis 6:7)
“Pero el SEÑOR hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Saraí, mujer de Abram.” (Génesis 12:17)
“Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos; y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra.” (Génesis 19:24-25).
“Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.” (Génesis 19:26)
(Este es Jesucristo, Dios Todopoderoso de Quien estamos hablando, de Quien pocos se atreven a imaginar que puede ser tan severo.)
La ira de Dios vino sobre Sodoma y Gomorra de manera tan dramática y demostrable que, hasta este día, hablamos de lo viles que debieron haber sido esas ciudades. Por supuesto, está escrito que fueron viles. Pero, ¿han cambiado los hombres? ¿Y ha cambiado el Señor Su naturaleza y forma de tratar con los hombres desde ese tiempo? En los últimos días de Su carne, dos milenios después, Jesús dijo que sería más tolerable para Sodoma y Gomorra en el Día del Juicio que para las ciudades que habían oído Sus palabras, visto Sus obras, y que se habían rehusado a creer.
“Y tú, Capernaum, que hasta el cielo eres levantada, hasta el infierno serás reducida; porque si en Sodoma hubiesen sido hechos los milagros hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo, que en el Día del Juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.” (Mateo 11:23-24 RVG)
El Día de la Ira y Juicio para Capernaum vino después de los días de Cristo en Su carne. Siendo así, ¿cómo puede la gente decir que Dios ha cambiado en Su naturaleza, que ya no tenga ira en Su juicio contra el mal? El hecho es que Él era como era y Él no ha cambiado.
Los hombres han hecho a Dios a una imagen agradable para ellos y conducente a sus estilos de vida, como para justificar y apaciguarse a sí mismos en sus pecados. Note que lo que estaban haciendo en Sodoma no fue peor que rechazar la predicación de los siervos del Señor, y en realidad, no fue tan grave. Yo les digo a ustedes, los burladores que no practican la sodomía, pero que desprecian las advertencias del Señor y Sus profetas y santos, tengan cuidado. Se los digo otra vez, tengan cuidado.
Dios es amor, dice Juan (1 Juan 4:8), y siempre lo ha sido. Sin embargo, siempre hemos visto la ira de Dios; Él se manifiesta como Él ha sido, como es hoy, y como siempre será.
“Pero Dios vino a Abimelec en un sueño de noche, y le dijo: He aquí, eres hombre muerto por razón de la mujer que has tomado, pues está casada.” (Génesis 20:3)
“Pero Er, primogénito de Judá, era malvado ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida.” (Génesis 38:7).
“Pero lo que hacía Onán era malo ante los ojos del SEÑOR; y también a él le quitó la vida.” (Génesis 38:9-10)
“Y aconteció que en una posada en el camino, el SEÑOR le salió al encuentro y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés, y dijo: Tú eres, ciertamente, un esposo de sangre para mí. Y Dios lo dejó. Ella había dicho entonces: ‘Eres esposo de sangre,’ a causa de la circuncisión.” (Éxodo 4:24-26)
“Y sucedió que a la medianoche, el SEÑOR hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito del ganado.” (Éxodo 12:29)
“Enviaré Mi terror delante de ti, y llenaré de confusión a todo pueblo donde llegues; y haré que todos tus enemigos ante ti vuelvan la espalda.” (Éxodo 23:27 LBLA)
Éxodo 32:27.28 LBLA
(27) Y él les dijo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Póngase cada uno la espada sobre el muslo, y pasad y repasad por el campamento de puerta en puerta, y matad cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino.”
(28) Y los hijos de Leví hicieron conforme a la palabra de Moisés; y cayeron aquel día unos tres mil hombres del pueblo.
É xodo 34:6-7 LBLA
(6) Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad;
(7) el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación [niños ‘inocentes’ inclusive?].”
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner fuego en ellos y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del SEÑOR fuego extraño, que Él no les había ordenado. Y de la presencia del SEÑOR salió fuego que los consumió, y murieron delante del SEÑOR.” (Levíticos 10:1-2 LBLA)
“A la viuda y al huérfano no afligiréis. Si lo afliges y él clama a Mí, ciertamente Yo escucharé su clamor, y se encenderá Mi ira y os mataré a espada, y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.” (Éxodo 22:22-24 LBLA)
(Les recuerdo una vez más, éste es Jesucristo hablando.)
“Pero mientras la carne estaba aún entre sus dientes, antes que la masticaran, la ira del SEÑOR se encendió contra el pueblo, y el SEÑOR hirió al pueblo con una plaga muy mala. Por eso llamaron a aquel lugar Kibrot-hataava (Sepulcros de la Codicia), porque allí sepultaron a los que habían sido codiciosos.” (Números 11:33-34 LBLA)
“Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado…. Y se encendió la ira del SEÑOR contra ellos…. Y he aquí que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve…. Y Moisés clamó al SEÑOR, diciendo: Oh Dios, sánala ahora, te ruego. Pero el SEÑOR dijo a Moisés: Si su padre le hubiera escupido a ella en el rostro, ¿no llevaría su vergüenza por siete días? Que sea echada fuera del campamento por siete días, y después puede ser admitida de nuevo.” (Números 12)
Este es el mismo Señor de Quien se dice, aún en ese tiempo, que Él es paciente y de gran misericordia, que perdona la iniquidad y la transgresión.
Al hablarle a Su pueblo: “Mas tan cierto como vivo Yo, dice el Señor… en este desierto caerán vuestros cuerpos… y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras fornicaciones, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto…. Yo, el SEÑOR, he hablado; ciertamente esto haré a toda esta perversa congregación que se han juntado contra Mí. En este desierto serán destruidos, y aquí morirán… aquellos hombres que dieron el mal informe acerca de la tierra, murieron debido a una plaga delante del SEÑOR.” (Números 14)
Y el Señor hizo que la tierra abriera su boca “y la tierra abrió su boca y se los tragó, a ellos y a sus casas y a todos los hombres de Coré con todos sus bienes. Ellos y todo lo que les pertenecía descendieron vivos al Seol; y la tierra los cubrió y perecieron de en medio de la asamblea. Y todos los israelitas que estaban alrededor de ellos huyeron a sus gritos, pues decían: ¡No sea que la tierra nos trague! Salió también fuego del SEÑOR y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.” (Números 16)
“Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel. Y el SEÑOR dijo a Moisés: ‘Toma a todos los jefes del pueblo y ejecútalos delante del SEÑOR a plena luz del día, para que se aparte de Israel la ardiente ira del SEÑOR….’ Y los que murieron por la plaga fueron veinticuatro mil.” (Números 25)
Por una parte, las Escrituras declaran:
“En los postreros días, cuando estés angustiado y todas esas cosas te sobrevengan, volverás al SEÑOR tu Dios y escucharás Su voz. Pues el SEÑOR tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padres.” (Deuteronomio 4:30-31 LBLA)
Por otra parte:
Deuteronomio 4:24-26 LBLA
(24) Porque el SEÑOR tu Dios es fuego consumidor, un Dios celoso.
(25) Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis permanecido largo tiempo en la tierra, y os corrompáis y hagáis un ídolo en forma de cualquier cosa, y hagáis lo que es malo ante los ojos del SEÑOR vuestro Dios para provocarle a ira,
(26) pongo hoy por testigo contra vosotros al Cielo y a la tierra, que pronto seréis totalmente exterminados de la tierra donde vais a pasar el Jordán para poseerla. No viviréis por mucho tiempo en ella, sino que seréis totalmente destruidos.
Vea lo severo que puede ser el Señor:
Deuteronomio 13:6-11 LBLA
(6) Si tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la mujer que amas, o tu amigo entrañable, te incita en secreto, diciendo: “Vamos y sirvamos a otros dioses” (a quienes ni tú ni tus padres habéis conocido,
(7) de los dioses de los pueblos que te rodean, cerca o lejos de ti, de un término de la tierra al otro),
(8) no cederás ni le escucharás; y tu ojo no tendrá piedad de él, tampoco lo perdonarás ni lo encubrirás,
(9) sino que ciertamente lo matarás; tu mano será la primera contra él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo.
(10) Lo apedrearás hasta la muerte porque él trató de apartarte del SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
(11) Entonces todo Israel oirá y temerá, y nunca volverá a hacer tal maldad en medio de ti.
Deuteronomio 29:24-28 LBLA
(24) Y dirán todas las naciones: “¿Por qué ha hecho así el SEÑOR a esta tierra? ¿Por qué esta gran explosión de ira?”
(25) Y los hombres dirán: “Porque abandonaron el pacto que el SEÑOR, el Dios de sus padres, hizo con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto.
(26) Y ellos fueron y sirvieron a otros dioses y los adoraron, dioses que no habían conocido y los cuales Él no les había dado.
(27) Por eso, ardió la ira del SEÑOR contra aquella tierra, para traer sobre ella toda maldición que está escrita en este libro;
(28) y el SEÑOR los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con gran enojo, y los arrojó a otra tierra, hasta hoy.”
Las Doce Maldiciones de Moisés, el Siervo de Jesucristo
Deuteronomio 27:11-26 SSE
(11) Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo:
(12) Estos estarán sobre el monte de Gerizim para bendecir al pueblo, cuando hubiereis pasado el Jordán: Simeón, y Leví, y Judá, e Isacar, y José y Benjamín.
(13) Y éstos estarán para pronunciar la maldición en el monte de Ebal: Rubén, Gad, y Aser, y Zabulón, Dan, y Neftalí.
(14) Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
(15) Maldito el varón que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación al SEÑOR, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
(16) Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(17) Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(18) Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(19) Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(20) Maldito el que se echare con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(21) Maldito el que tuviere parte con cualquiera bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(22) Maldito el que se echare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(23) Maldito el que se echare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(24) Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(25) Maldito el que recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(26) Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Si uno hace el bien, Dios lo bendice; si no, Dios lo maldice. Lea Deuteronomio 28.
Hoy en día, algunos no ven las maldiciones ni las reconocen como maldiciones, sino como pruebas de fe o medidas para fortalecerse, presumiendo que el sujeto es justo simplemente porque esa persona nombra al Señor y lo alaba de labios. La mayoría de la gente religiosa sufre las maldiciones de Deuteronomio 28, y muchos creen que están sufriendo por causa de Cristo o de acuerdo a Su voluntad, cuando simplemente no es así. Para ver por qué es que ellos sufren así, lea Doctrinas Diabólicas, Cristianismo Falso y Las Verdaderas Marcas de un Culto (Secta).
Para reconocer la realidad de la ira de Dios y las consecuencias, se requiere de arrepentimiento y conversión, por medio de lo cual los pecadores serían sanados. Pero ellos más bien insisten en que se han convertido, que Cristo vive en ellos, que ellos “aceptaron a Cristo cuando tenían diez años,” y que el cristo de ellos es ese dios siempre condescendiente, incondicional perdonador en quien ellos aprendieron a creer. Ellos se rehúsan a reconocer que la ira de Dios se aplica a ellos, como siempre ha sido, aún sobre Su pueblo. Más especialmente, se aplica a aquellos que han recibido más luz, porque más se requiere de ellos.
¿Es Dios amoroso? Sí. ¿Es perdonador Él? Sí. Pero no con los hipócritas ni con los que no se arrepienten.
Hablando de Su pueblo que se aparta de Él para prostituirse: “Porque fuego se ha encendido en Mi furor, y arderá hasta lo profundo del infierno; y devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes. Yo amontonaré males sobre ellos; emplearé en ellos mis saetas… diente de fieras enviaré también sobre ellos, con veneno de serpientes de la tierra… De fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al joven como a la virgen, al que es amamantado como al hombre cano” (Deuteronomio 32:22-25).
Por mandato del Señor, “Y [los israelitas] destruyeron a filo de espada todo lo que había en la ciudad; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, ovejas y asnos.” (Josué 6:21 RVG)
¿Cómo? ¿Niños “inocentes” también? Puesto que Acán se guardó algo de oro y unas ropas que Dios había ordenado que fueran destruidas, él, su esposa, sus hijos y sus hijas, su ganado, su tienda y todas sus posesiones fueron destruidos:
“Y dijo Josué: ¿Por qué [Acán] nos has turbado? El Señor te turbe en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron a fuego, después de apedrearlos con piedras.” (Josué 7:25)
El Testimonio de la Ira de Dios Prevalece
Al citar textos de la Biblia para mostrar el lado de Dios que muchos escogerían ignorar, yo he cubierto una muestra de sólo los primeros seis de sesenta y seis libros. Una y otra vez se menciona la indignación (cerca de 30 veces), la furia (cerca de 60 veces), la ira (cerca de 100 veces) y el enojo del Señor (cerca de 200 veces).
Sigamos adelante por aquellos que no están familiarizados con la Biblia y con el Dios de la Biblia:
Porque Acán simplemente se guardó para sí mismo algo que debía ser destruido de todos modos, no solamente él y su familia fueron destruidos, sino también treinta y seis hombres de Israel que no habían tomado nada. Dios no tolera el mal en lo absoluto. Y llevarse con pecadores trae sobre usted la ira de Dios automáticamente, aun si usted no está directamente involucrado en los pecados de ellos.
En el libro de los Jueces, Dios entregó a Su pueblo en manos de sus enemigos muchas veces, y cuando ellos clamaban y se arrepentían, Él los libraba. Sí, Él es misericordioso y paciente, pero no nos atrevamos a presumir con Su bondad o a descartar Su ira.
Háganse ustedes esta pregunta: ¿Están ustedes plagados con enfermedades o dolencias, con acreedores, empleadores duros, empleadores desleales, ladrones y salteadores, preocupaciones y temores, esposos crueles, esposas amargadas e hijos rebeldes? ¿Por qué?
La Terrible Cosecha de David
¡Escuchen, ustedes adúlteros y adúlteras! David tomó la esposa de Urías, Betsabé, la embarazó y mató a Urías (2 Samuel 11). Cuando él trató de ocultar su pecado, un profeta fue a él, y David confesó y se arrepintió (2 Samuel 12). Considere, sin embargo, las consecuencias que le vinieron como fruto de sus obras:
1) Al hijo de su adulterio no se le permitió vivir (2 Samuel 12:14-18).
2) El hijo de David, Amnón, violó a la hija de David, Tamar (2 Samuel 13:1-20). Ella se quedó desolada en la casa de su hermano Absalom.
3) Absalom mató a Amnón (2 Samuel 13:24-29), por haber violado a Tamar.
4) David y Absalom, padre e hijo, vivieron separados en amargura mientras David anhelaba verlo (2 Samuel 13:38; 14:1.24).
5) Absalom, quien tenía fama de poseer una rara belleza, conspiró para matar a su propio padre y usurpar el trono. David tuvo que huir en su vejez (2 Samuel 15).
6) David fue traicionado por un amigo cercano, Ahitofel, quien aconsejó a Absalom en contra de David (2 Samuel 15:31).
7) David fue injuriado públicamente y maldecido por un hombre, Simei (2 Samuel 16:5-13).
8) Absalom violó a las diez concubinas de David delante de todo Israel (2 Samuel 16:20-22). Así como la semilla sembrada es encubierta por la tierra, pero el fruto producido es manifiesto para que todos lo vean, así el pecado de David fue hecho en secreto, pero el fruto fue público.
9) Por lo menos veinte mil hombres murieron en batalla por ese adulterio (2 Samuel 18:6-8).
10) Absalom, aún amado por David, fue muerto, para gran pesar de David (2 Samuel 18:9-17).
11) Las concubinas pasaron el resto de sus vidas encerradas en celibato y viudez (2 Samuel 20:3).
12) Joab traicioneramente mató a Amasa, el general de David (2 Samuel 20:10).
13) Israel y Judá se dividieron temporalmente cuando Seba, un benjamita, se rebeló contra David. Seba fue asesinado (2 Samuel 20.)
14) Joab se convirtió en un hombre sanguinario que atormentó a David. Más consecuencias de los problemas con Joab continuaron en los días de Salomón, hijo y sucesor de David.
Como David traicionó a Urías, su fiel siervo, así la traición se multiplicó en la casa de David.
David había cometido adulterio y asesinato. Él se arrepintió, pero las semillas que sembró dieron una terrible cosecha de incesto, traición, asesinato y adulterio, aunque se tardó años en suceder. Pecador, ¿no puedes discernir los frutos de tus propios caminos? ¿Piensas que los males en tu vida son sin causa alguna?
¿Hay pecado sin confesar y del que no te has arrepentido en tu vida? Tienes que tratar con eso o seguir sembrando y cosechando consecuencias.
“Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.” (Proverbios 26:2 RVG)
Todo tiene una razón, una causa. Dios no está fuera de control, y tampoco las circunstancias. ¿Es la ira de Dios lo que usted está experimentando, o la paga del pecado? Son las dos cosas. Son una misma cosa.
Quienes Son Llamados pero No Se Unen a Dios También Están Bajo Su Ira
Jonatán fue un amigo cercano de David, pero como él no se identificó con David en su sufrimiento y persecución que soportó como el ungido de Dios, al quedarse con su padre y su familia que perseguían a David, Jonatán fue destruido con ellos por la espada, la cual envió el Señor. No fue tanto lo que Jonatán hizo lo que le trajo juicio, sino lo que él falló en hacer, aunque no había un mandato expreso dado a él por Dios que sepamos. Siendo creyente, él se quedó con quien se oponía a Dios y entonces sufrió su destino. Lea Compromiso (disponible en español).
¿Quedará Libre de la Ira el Adulterio Espiritual?
Santiago, en su epístola, se dirigió a los adúlteros y adúlteras espirituales. Él no se refería a quienes habían cometido el pecado físico del adulterio o su intención, como lo expresó Jesús en Mateo 5:28, aunque el mismo podría incluirse. Santiago se refería a los que toman el Nombre de Dios para sí mismos (llamándose cristianos), profesando creer en Él y obedecerle, pero que andaban en iniquidad, engaño e hipocresía – el amor a este mundo.
Él estaba hablando de aquellos que hablan pero no hacen, que dicen una cosa pero hacen otra, profesando adorarle a Él pero adorando a otros dioses… cometiendo adulterio contra Dios al poner atención a sus preferencias e intereses antes que a Él. Estos son mentirosos que prometen y hacen votos y juran que van a hacer, pero se rehúsan a hacer lo que se requiere porque no les conviene. Esos traicionan a Quien puso Su vida por ellos.
Cuando las cosas se ponen mal, los intereses personales de los adúlteros espirituales siempre toman prioridad. La cruz es aborrecible para ellos. Ellos prefieren sus placeres religiosos y sociales por encima de Dios. Ellos escogen la amistad con el hombre por encima de la amistad con Dios y creen que eso es lo correcto, engañándose a sí mismos en pensar que buscan a Dios y que tienen comunión con Él al unirse a otros adúlteros y adúlteras quienes hacen lo mismo. Esos son rameras – deleitándose, riéndose y sonriendo; personas superficiales que no quieren enfrentar la realidad.
¿Usted que usa el Nombre de Cristo, pero que prefiere la alabanza y amistad de la gente, piensa que usted va a escapar? ¿Escapó David de las consecuencias de sus pecados? ¿Escapó Jonatán? Yo le digo, aunque usted se arrepiente en este momento como lo hizo David, siempre habrá consecuencias. ¿Por qué entonces va usted a retrasar su arrepentimiento y añadir pecado a su pecado y consecuencias a sus consecuencias? ¿No sabe usted que la ira de Dios se vuelve mayor hora a hora y podría hasta llegar al punto donde ya no habrá una puerta abierta para usted?
1 Corintios 10:5-12 RVG
(5) Pero Dios no se agradó de muchos de ellos; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
(6) Pero estas cosas fueron ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
(7) Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: “Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a jugar.”
(8) Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.
(9) Ni tentemos a Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
(10) Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor.
(11) Y todas estas cosas les acontecieron como ejemplo; y están escritas para amonestarnos a nosotros, sobre quienes los fines de los siglos han venido.
(12) Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Natán confrontó a David con sus pecados de adulterio y asesinato. Y aunque David se arrepintió, él, su familia y su nación sufrieron gran pérdida. Si David hubiese ignorado la advertencia, ¿qué cree usted que le habría pasado? Yo se lo digo. David lo habría perdido todo… todo, incluyendo su vida. Arrepiéntanse, pueblo; les advierto – arrepiéntanse. Quienes no hacen caso de esto son destruidos.
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gálatas 6:7)
El Orgullo también Trae la Ira de Dios
A través de toda la Biblia, vemos que el Señor se enoja por muchas razones aparentemente peculiares. ¿Qué tal por tomar un censo, por contar una cantidad, por enorgullecerse de cuántas personas hay en su congregación? (Muchas iglesias publican el número de asistentes en cada “servicio de adoración” en la pared del frente):
2 Samuel 24:1-4 LBLA
(1) De nuevo la ira del SEÑOR se encendió contra Israel, e incitó a David contra ellos, diciendo: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.
(2) Y el rey dijo a Joab, comandante del ejército, que estaba con él: “Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo para que yo sepa el número de la gente.”
(3) Pero Joab respondió al rey: “Que el SEÑOR tu Dios añada al pueblo cien veces más de lo que son, mientras todavía vean los ojos de mi señor el rey; pero, ¿por qué se complace mi señor el rey en esto?”
(4) Sin embargo, la palabra del rey prevaleció contra Joab y contra los comandantes del ejército. Salieron, pues, Joab y los comandantes del ejército de la presencia del rey para hacer el censo del pueblo de Israel.
2 Samuel 24:10-16 LBLA
(10) Después que David contó el pueblo le pesó en su corazón. Dijo, pues, David al SEÑOR: He pecado en gran manera por lo que he hecho. Pero ahora, oh SEÑOR, Te ruego que quites la iniquidad de Tu siervo, porque he obrado muy neciamente.
(11) Cuando David se levantó por la mañana, la palabra del SEÑOR vino al profeta Gad, vidente de David, diciendo:
(12) Ve y di a David: “Así dice el SEÑOR: ‘Te ofrezco tres cosas; escoge para ti una de ellas, para que Yo la haga.’”
(13) Así que Gad fue a David y se lo hizo saber, diciéndole: “¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra, o que huyas por tres meses delante de tus enemigos mientras te persiguen, o que haya tres días de pestilencia en tu tierra? Considera ahora, y mira qué respuesta he de dar al que me envió.”
(14) Respondió David a Gad: “Estoy muy angustiado. Te ruego que nos dejes caer en manos del SEÑOR porque grandes son Sus misericordias, pero no caiga yo en manos de hombre.”
(15) Y el SEÑOR envió pestilencia sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y desde Dan hasta Beerseba murieron setenta mil hombres del pueblo.
(16) Cuando el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla, el SEÑOR se arrepintió del mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: “¡Basta! ¡Detén ahora tu mano!” Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Arauna jebuseo.
La Ira del Cordero de Dios
La gente se enoja con nosotros porque les decimos sus pecados y los reprendemos por su iniquidad. ¿Está mal que nosotros hagamos eso? ¿Somos realmente muy duros con ellos? ¿Qué tan duro se puede poner Dios contra quienes no se arrepienten y se rehúsan a escuchar la reprobación y la reprensión? ¿Y creen ellos que escaparán de las consecuencias de sus pecados si nadie se las dice?
En un sitio de Israel conducido por el rey de Siria, el “pueblo de Dios” llegó a cocinar a sus propios hijos y a comérselos a causa del hambre. ¿Cree usted que Dios (Jesucristo) no fue el que trajo eso sobre ellos? Él es Quien envía la espada, el hambre, la pestilencia y las fieras salvajes.
2 Reyes 6:25-30 LBLA
(25) Y hubo gran hambre en Samaria; y he aquí, la sitiaron, hasta que la cabeza de un asno se vendía por ochenta siclos de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de paloma por cinco siclos de plata.
(26) Pasando el rey de Israel por la muralla, una mujer le gritó, diciendo: “¡Ayúdame, oh rey señor mío!”
(27) Y él respondió: “Si el SEÑOR no te ayuda, ¿de dónde te podré ayudar? ¿De la era o del lagar?”
(28) Y el rey le dijo: “¿Qué te pasa?” Y ella respondió: “Esta mujer me dijo: ‘Da tu hijo para que lo comamos hoy, y mi hijo lo comeremos mañana.’
(29) Así que cocimos a mi hijo y nos lo comimos; y al día siguiente, le dije a ella: ‘Da tu hijo, para que lo comamos’; pero ella ha escondido a su hijo.”
(30) Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestidos y como él pasaba por la muralla, la gente miró, y vio que interiormente, llevaba cilicio sobre su cuerpo.
Como las Escrituras lo han declarado: “Pero sucederá que si no obedeces al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán…. La mujer tierna y delicada en medio tuyo, que no osaría poner la planta de su pie en tierra por ser delicada y tierna, será hostil hacia el esposo que ama, también hacia su hijo, hacia su hija, hacia la placenta que salga de su seno y hacia los hijos que dé a luz; porque se los comerá en secreto por falta de otra cosa, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades. Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro [la Biblia], temiendo este Nombre glorioso y temible, el SEÑOR TU DIOS, entonces el SEÑOR hará horribles tus plagas y las plagas de tus descendientes, plagas severas y duraderas, y enfermedades perniciosas y crónicas.” (Deuteronomio 28:15, 56-59)
“Jesucristo El Mismo Ayer y Hoy y Para Siempre.”
Dios se ríe de los malvados en Su ira. ¿Hace eso el Jesús suyo? Dice el Salmo 2: “El que se sienta como Rey en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos [de los que hablan contra Él y contra Sus ungidos]. Luego les hablará en Su ira, y en Su furor los aterrará…. Honrad al Hijo para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues puede inflamarse de repente Su ira….”
Proverbios 1:24-33 LBLA
(24) Porque he llamado y habéis rehusado oír, he extendido Mi mano y nadie ha hecho caso;
(25) habéis desatendido todo consejo Mío, y no habéis deseado Mi reprensión;
(26) también Yo me reiré de vuestra calamidad, Me burlaré cuando sobrevenga lo que teméis,
(27) cuando venga como tormenta lo que teméis, y vuestra calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre vosotros tribulación y angustia.
(28) Entonces Me invocarán, pero no responderé; Me buscarán con diligencia, pero no Me hallarán;
(29) porque odiaron el conocimiento, y no escogieron el temor del SEÑOR,
(30) ni quisieron aceptar Mi consejo, y despreciaron toda Mi reprensión;
(31) comerán del fruto de su conducta, y de sus propias artimañas se hartarán.
(32) Porque el desvío de los simples los matará, y la complacencia de los necios los destruirá.
(33) Pero el que Me escucha vivirá seguro, y descansará, sin temor al mal.
Él también llora por el tormento de Su pueblo que escoge sus propios caminos destructivos.
Lucas 19:41-44 RVG
(41) Cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
(42) diciendo: “¡Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
(43) Porque sobre ti vendrán días, cuando tus enemigos echarán terraplén delante de ti, te sitiarán y te acosarán por todas partes.
(44) Y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no conociste el tiempo de tu visitación.”
Él se duele por Su pueblo (Él me lo ha dicho), y ellos lo hacen enojar mucho. Él sufre cuando ellos sufren, y ellos sufren porque se niegan a escuchar y obedecer.
Nabucodonosor, Rey de Babilonia, a quien Dios se refirió como Su siervo, fue enviado por Dios a destruir la tierra y al pueblo, a aquellos que no se pusieran de acuerdo con él. Hombres, mujeres y niños fueron traspasados, aunque un remanente fue librado. Como el rey de Judá no se sometió a Babilonia, sus hijos fueron traspasados delante de sus ojos, y luego a él le sacaron los ojos, y él fue llevado a Babilonia con grilletes. El Señor había enviado a Jeremías a urgir al pueblo y a sus gobernantes a que le obedecieran a Él, y no quisieron. A través de Jeremías, Dios le ordenó a Israel someterse a Su castigo en manos de Nabucodonosor, a obedecer a su gobierno, y así ser librados de la muerte, pero ellos no escucharon.
¿El Jesús en quien usted cree es capaz de hacer tales cosas hoy? Si no, usted adora a un falso dios, a otro Jesús, y por lo tanto es usted un idólatra, como lo eran todos los que Él destruyó por la idolatría.
Los Profetas No Populares Pronuncian Castigo
Sí, los profetas de Dios hablan cosas duras por voluntad Suya, y en Su Nombre.
El Señor le había dicho a Jeremías: “Te he hecho profeta a las naciones…” y Jeremías se hizo para atrás. ¿Por qué? ¿Tal vez él sabía que el Señor no lo estaba enviando a susurrar cosas dulces? ¿Y por qué le dijo el Señor, “No temas de sus rostros: porque Yo estoy contigo para librarte”? ¿Tal vez porque Jeremías no iba a recibir el premio de “Ciudadano del Año” por lo que se le ordenaba que hablara?
Yo puedo decirle por qué Jeremías necesitaba liberación del Señor, por experiencia propia, por el conocimiento de las Escrituras y por el conocimiento del Señor y Sus caminos. Jeremías tenía que hablar la verdad, lo mejor que su audiencia podía tener, aunque él sería odiado por ello. El hombre no está interesado en lo que es bueno. Para él, lo bueno es malo.
El Señor le dijo a Jeremías: “Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derrocar, para edificar y para plantar.” (Jeremías 1:10) El mensaje de Dios no es popular con los que creen que ya saben algo mejor y se resisten al cambio.
Irónicamente, por eso es que Dios les enviaba profetas. Ellos creían saber algo mejor – después de todo, ellos creían ser del Señor – y lo eran, pero no como debían ser.
Esto es lo que Jeremías le tuvo que decir al pueblo del Señor:
Jeremías 16:3-4 LBLA
(3) Porque así dice el SEÑOR acerca de los hijos e hijas nacidos en este lugar, y acerca de las madres que los dieron a luz, y de los padres que los engendraron en esta tierra:
(4) De muertes crueles morirán; no serán llorados ni sepultados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; a espada y por hambre serán acabados, y sus cadáveres servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.
Al hablarle estas cosas al pueblo, el pueblo respondía: “¿Por qué el SEÑOR ha pronunciado toda esta gran calamidad contra nosotros? ¿Cuál es nuestra iniquidad y cuál es nuestro pecado que hemos cometido contra el SEÑOR nuestro Dios?” (Jeremías 16:10).
Ellos creían que estaban viviendo vidas justas e inocentes. Luego vino la respuesta que Jeremías necesitaba dar:
“Es porque vuestros padres me abandonaron y siguieron a otros dioses y los sirvieron y se postraron ante ellos, pero a Mí Me abandonaron y no guardaron Mi ley. Y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres, porque he aquí, cada uno de vosotros anda tras la terquedad de su malvado corazón, sin escucharme….” (Jeremías 16:11-13)
A muchos que nosotros les hablamos dicen estar limpios, negando cualquier error, pero ellos andan tras la imaginación de su propio corazón en cuanto a lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo, y no quieren escuchar a un hombre de Dios para corregir su manera de pensar. “¡¿Quién se cree que es éste?!” protestan ellos. “Solamente Dios puede juzgarnos,” claman ellos. “¡No hay profetas hoy, excepto falsos profetas!”
Una y otra vez, Jeremías les advirtió a los judíos de su maldad y de su inminente juicio. Y aún después de que sus palabras fueran confirmadas con los juicios, con el cautiverio en Babilonia, todavía no le creían.
Luego el Señor habló por Jeremías diciendo: “Vosotros habéis visto toda la calamidad que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá, y que he aquí, hoy están en ruinas y no hay en ellas morador, a causa de la maldad que ellos cometieron para provocarme a ira…. Con todo, os envié a todos Mis siervos los profetas repetidas veces, diciendo: ‘No hagáis ahora esta cosa abominable que Yo aborrezco.’ Pero no escucharon…. Por tanto, se derramó Mi ira y Mi furor…. Ahora pues, así dice el SEÑOR Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘¿Por qué os hacéis un daño tan grande a vosotros mismos…? ¿Habéis olvidado las maldades…? Hasta hoy no se han humillado, ni han temido, ni han andado en Mi ley ni en Mis estatutos…. He aquí, volveré el rostro contra vosotros para mal… hasta que todos sean consumidos… caerán a espada, por el hambre serán acabados. Tanto el pequeño como el grande morirán a espada y de hambre; seréis motivo de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio….” (Jeremías 44:2-14)
¡¿Y qué respondió el pueblo?! “En cuanto al mensaje que nos has hablado en el Nombre del SEÑOR, no vamos a escucharte, sino que ciertamente cumpliremos toda palabra que ha salido de nuestra boca….” (Jeremías 44:16-17)
Por lo tanto el Señor dijo que perecerían – solamente un pequeño número sería librado – y así fue.
Isaías y Ezequiel hablaron palabras desagradables al pueblo. El mensaje de los profetas siempre fue el mismo – “¡Arrepiéntanse!” Las reacciones fueron siempre las mismas – “¡Vete al diablo! En nuestros corazones, te odiamos, pero con nuestras lenguas decimos que te amamos, como es la costumbre cristiana. De esta manera, demostramos con nuestra justicia que tú te equivocas.”
Cuando el Señor le dijo a Habacuc que Él iba a juzgar a Su pueblo por medio de los amargos, terribles y temidos caldeos, Habacuc pensó que eran los caldeos quienes debían ser juzgados: “Oh SEÑOR, para juicio los has puesto; Tú, oh Roca, los has establecido para corrección… ¿Por qué miras con agrado a los que proceden pérfidamente, y callas cuando el impío traga al que es más justo que él?” queriendo decir, “Nosotros somos mejores, entonces ¿cómo puedes dejarlos hacernos eso?” (Habacuc 1).
Ustedes los que usan Su Nombre, no piensen que los que no usan Su Nombre no van a prevalecer contra ustedes, porque sí lo harán. Ellos prevalecerán sobre ustedes porque ustedes no se arrepentirán de su propia justicia, de sus propias imaginaciones de cómo es que se debe adorar y servir a Dios; no se arrepentirán de cómo ustedes piensan que Dios debe tratar con ustedes en amor y bondad manifiesta.
Malaquías escribió que el Día del Señor era un día grande y terrible. ¿Creen los que usan Su Nombre que van a escapar, viviendo en su hipocresía? El Señor dijo que si las cosas no cambiaban, Él destruiría la tierra con maldición (Malaquías 4:6). Malaquías fue el último que registró la Palabra de Dios en el Canon de las Santas Escrituras antes que Cristo viniera. ¿Se habrá equivocado Malaquías?
El Hijo de Dios
¿Alguna vez ha oído usted sobre la ira del Cordero?
“Y decían a las montañas y a las peñas: ‘Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de Aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de Su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?’” (Apocalipsis 6:16-17 RVG)
¿Qué del Señor Jesucristo durante Sus días en la tierra? ¿Cómo era Él entonces? Para nada como lo enseñan hoy en las iglesias.
Los requisitos de Dios no fueron disminuidos durante los días de Jesús, sino aumentados. Mientras la Ley había sido dada como un tutor temporal hasta Su día, ahora Él decía: “Oísteis que fue dicho por los antiguos: ‘No cometerás adulterio.’ Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27-28).
¿De verdad fue quitada la ira? ¿Cambió Dios en naturaleza, pensamientos y caminos después de la cruz? Todo fue entregado al fuego y esparcido a los vientos.
Muchas decenas de millares murieron en manos de los romanos quienes sirvieron como la mano castigadora de Dios. Los judíos perecieron – hombres, mujeres y niños – por la espada, el hambre, la pestilencia y la crucifixión. La nación dejó de ser, la ciudad capital fue destruida, y el glorioso Templo de Dios quedó en escombros. Esto fue después de Cristo en la carne, después de los “amorosos” Evangelios, después de que muchos apóstoles habían terminado su obra de predicación de la gracia (y juicio) sobre la tierra.
Jesús declaró estas cosas sobre Su pueblo porque ellos no quisieron escuchar. Ellos sabían más. Ellos “tenían a Dios por padre” (Juan 8:41). Y por los siguientes 1900 años, no habría más Israel. ¿Y cómo fueron tratados los judíos en la dispersión? La historia registra bien los sufrimientos de gente incrédula en manos de gente incrédula. Eso ha sido la terrible ira de Dios.
¿Cree usted que los judíos eran peores que usted? ¿Cree usted que la Ley era más dura que la “gracia”? ¿Qué dice el escritor a los Hebreos años después de la crucifixión, la cual usted ha pensado que no requiere nada más de usted que “creer en su corazón”?
“El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere sin ninguna misericordia. ¿De cuánto mayor castigo pensáis que será digno, el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, Yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a Su pueblo. Horrenda cosa es [no era] caer en manos del Dios vivo.” (Hebreos 10:28-31).
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla desde el Cielo. La voz del Cual conmovió entonces la tierra; pero ahora ha prometido, diciendo: Aun una vez, y Yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el Cielo. Y esta expresión: Aun una vez, significa la remoción de las cosas movibles, como de cosas hechas, para que permanezcan las que no pueden ser removidas. Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gracia, por la cual sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.” (Hebreos 12:25-29)
¿Qué Es la Gracia?
Hay quienes presumen de la gracia de Dios (favor inmerecido), haciendo a un lado el genuino arrepentimiento y el cambio radical en el estilo de vida, apariencia, actitud y creencias. Ellos creen que la Ley de Dios es anulada y removida por causa de la gracia. Ellos ignoran las palabras de Jesús, Quien dijo que los Cielos y la tierra pasarían antes que la última tilde o lo más pequeño de la Ley se cumpliera.
¿Ya pasaron los Cielos y la tierra? ¿Por qué escoge usted y acomoda usted las palabras de Jesús para su preferencia? ¿No sabe usted que al hacer eso, “Dios quitará su parte en el libro de la vida y de la ciudad santa, y de las cosas escritas en este libro?” (Apocalipsis 22:19)
Mientras usted le quita al libro, también le añade, porque usted cambia y tuerce las cosas para acomodarse a sus caprichos. Por lo tanto, “Dios le añadirá las plagas que están escritas en este libro” (no solamente en el Apocalipsis, sino en toda la Biblia).
¿Qué es la gracia? Es el poder de Cristo dado a nosotros para obedecerle a Él, para guardar Su Ley, para vivir vidas para Él y no para los hombres; es decir, en santidad, en separación del mundo en actitud, conducta, palabra y pensamiento. No es asunto de apariencia o exhibición externa, sino del corazón; no como para agradar al ojo, sino para agradar a Dios; un andar no por obras, sino por fe; una vida no de sacrificio, sino de obediencia.
Es una vida no como la de la iglesia ramera, sino de la Iglesia no hecha de manos. No es un hablar de Dios, sino un caminar con Dios. Todos los religiosos hablan de Dios y creen que cumplen con su deber y no se dan cuenta que en realidad están trayendo ira sobre sí mismos por causa de la hipocresía. Su noción de la gracia es una desgracia. Es mejor no haber dicho nada. Lea La Gracia – La Realidad, Cristianismo Falso y Law and Grace.
El Falso Dios que se Predica Hace Tropezar a Muchos
Hace décadas, Charles Templeton, uno de los otrora prominentes evangelistas asociados con Billy Graham, dijo que él no podía encontrar que el amoroso Dios que él y otros predicaban fuera consistente con el testimonio completo de Dios en la Biblia. Él hablaba de la Biblia como bastante contradictoria acerca de la naturaleza de Dios.
Su problema era que él buscaba en la Biblia al dios distorsionado que ellos estaban predicando, no lo pudo encontrar, y lo descartó, lo cual debió hacer. Pero él también descartó la Biblia y al Dios de la Biblia, Jesucristo. El Sr. Templeton no pudo ver ni reconocer a Dios tal como es Él – un Dios de ira y de destrucción, un Dios de justicia y de juicio, el Dios que es en verdad amor y totalmente sabio y justo.
Charles andaba con nociones preconcebidas y, al no querer la verdad, quedó como un hombre confundido, considerándose a sí mismo un iluminado muy por encima de muchas personas inteligentes y sinceras que vivían “vidas santas” y que adoraban a Dios en su ingenuidad. Aunque Charles es responsable de sus conclusiones, él fue víctima de la predicación de hombres carnales como Billy Graham y miles de otros que no conocen al Señor y no son salvos, como ellos dicen ser. Ellos sirven a una fabricación errónea en el Nombre del Señor Jesucristo; ellos no sirven al Dios de las Escrituras.
Dios Llama a Todos al Arrepentimiento
Para los malvados que no quieren escuchar, Dios es un Dios de ira, aunque ellos prefieren verlo solamente como un Dios de Amor. Ellos se niegan a considerar otra posibilidad, pues eso requeriría algo más de ellos de lo que están dispuestos a aceptar. Jesús advirtió de más juicios que vendrían después de Su muerte, lo cual demuestra el error de la creencia popular de hoy que dice que Su obra en la cruz “lo hizo todo.”
Jesús dijo: “¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que ellos eran más pecadores que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:1-5).
“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora demanda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien Él designó; dando fe a todos con haberle resucitado de los muertos.” (Hechos 17:30-31 RVG)
¿No les advirtió Él que aquellos que se rehusaran a dar fruto de la viña a Dios serían destruidos? ¿Por qué usaría Él esa parábola si Él no fuera la clase de persona que haría eso? ¿Fueron destruidos ellos por asesinarlo a Él? Sí. ¿Por robo, al no pagar ellos lo que debían? Sí.
“Cristiano,” Considera Sobriamente Dónde Estás Parado
¿No eres tú que nombras el Nombre del Señor Jesús culpable de lo mismo cuando Él te envía mensajeros y tú te rehúsas a escuchar y a obedecer, y más bien los matas con hablar mal de ellos, con ostracismo, burla, escarnio, frialdad, o con apenarte por su presencia y palabras? ¿Crees tú que eres incapaz de matar a un mensajero de Dios? Si otros cercanos a ti fueran tan atrevidos como para hacer ese mal, ¿te pararías a un lado mirando hacia otro lado (lo cual también es malo), o te unirías a sus palabras, o aún al acto mismo?
Yo sé que muchos religiosos, los que se llaman a sí mismos evangélicos nacidos de nuevo, que citan las Escrituras, ciertamente matarían a los profetas. Lo sé por el fruto presente de ellos.
¿Crees tú que puedes ignorar lo que estoy diciendo e irte, como si tuvieras otras opciones? No es así si Dios te está hablando a través de mí. ¿Cómo puedes saber si yo soy enviado de Dios? Si hicieras la voluntad de Dios, lo sabrías, pero no lo sabes porque haces tus propias cosas. Entonces, tú, como Jerusalén, no conoces el día de tu visitación.
Reprensión Severa de Dios en la Iglesia Niña
La ira de Dios se manifestó dramáticamente a los creyentes no mucho después de la resurrección. Vea lo que sucedió:
Hechos 4:32-35 RVG
(32) Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
(33) Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y abundante gracia había sobre todos ellos.
(34) Y ningún necesitado había entre ellos; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
(35) y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Hechos 5:1-11 RVG
(1) Pero un varón llamado Ananías, con Safira su esposa, vendió una heredad,
(2) y retuvo parte del precio, sabiéndolo también su esposa; y trayendo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
(3) Y dijo Pedro: “Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y te quedases con parte del precio de la heredad?
(4) Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.”
(5) Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron.
(6) Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.
(7) Y pasado un lapso como de tres horas, entró también su esposa, no sabiendo lo que había acontecido.
(8) Entonces Pedro le dijo: “Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad?” Y ella dijo: “Sí, en tanto.”
(9) Y Pedro le dijo: “¿Por qué os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.”
(10) Y al instante cayó a los pies de él, y expiró; y entrando los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
(11) Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.
Ananías y Safira ni siquiera tuvieron la oportunidad de reconsiderar o de arrepentirse. ¿Eran creyentes ellos? Sí. ¿“Iban a la iglesia”? Sí. ¿Daban ofrendas a la Iglesia? Sí. ¿Estaban dispuestos a sacrificarse por los pobres? Sí. ¿Estaban ellos reconociendo y sometiéndose a los ministros de Dios? Sí, o eso parecía. ¿Tenían derecho a quedarse con lo que vendieron? Sí. ¿Estaban obligados a vender su tierra? No. Pero por engañar a los siervos de Dios y por lo tanto a Él, ellos fueron muertos.
Una mentira fue todo lo que se necesitó, no un asesinato, ni adulterio, blasfemia, robo, o actos viles; nada más una mentira. En tu opinión, ¿es Jesús todavía ese débil, amoroso, gentil y flojo que ignora el engaño, la hipocresía o cualquier otro pecado?
¿No Es Jesucristo un Dios de Ira?
Ciertamente que lo es y no pasará por alto sus pecados.
Aquí Pablo habla de las autoridades que Dios puso sobre santos y pecadores:
Romanos 13:3-5 LBLA
(3) Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella,
(4) pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo.
(5) Por tanto, es necesario someterse, no sólo por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
¿Qué les dice Pablo a los Corintios? “Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el Cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen” (1 Corintios 11:29-30). ¿Hay enfermedad y muerte prematura en medio de ustedes? ¿Por qué? ¿Será la ira de Dios?
Nosotros constantemente le hablamos a gente que profesa creer, pero que piensan que se pueden tomar libertades considerables. ¿Qué dice Pedro al respecto? “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al Evangelio de Dios? Y si el justo con dificultad es salvo; ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?” (1 Pedro 4:17-18)
Díganme, ustedes que creen ser salvos, ¿realmente creen ustedes que sus vidas dan la medida dentro de los límites de seguridad de aquellos que con dificultad se salvan? ¿Por qué mienten? ¿Por qué fingen? ¿A quién creen ustedes que están engañando? ¿Por qué se engañan a sí mismos?
¿Por qué se mezclan con el mundo? ¿Se mezcló Noé con el mundo? ¿Cuántos se salvaron en ese tiempo? Yo les digo, a menos que crean lo que me es dado decirles, ustedes no se salvarán en este Día del Señor, el Día de la Venganza, el Día de la Ira, el Día de Ponerle Fin al Mal de una Vez por Todas. ¡¿Así que ustedes piensan que no sólo es que se van a salvar, sino que hasta van a reinar con Él?! Yo les digo, no importa cuán salvos se crean estar. Consideren que los fariseos también pensaban que ellos eran salvos.
Los hipócritas se contradicen a sí mismos dolorosamente. Por una parte, viven como diablos, suponiendo que la ganancia es santidad, sin importarles la verdad, despreciando la cruz, y teniendo apariencia de piedad. Ellos dicen tener el amor y la gracia de Dios, diciendo que Dios es un Dios amoroso y siempre misericordioso.
Por otra parte, ellos enseñan que este mismo Dios amoroso, enamorado, misericordioso, compasivo, paciente y perdonador enviará a una inmensa mayoría de la raza humana a un eterno tormento de lo más fiero y horrible. De acuerdo con estos engañados maestros de la gracia de Dios, muchos de estos condenados ni siquiera habrán tenido la oportunidad de haber escuchado Quién es Jesucristo. Lea lo equivocado que están es eso: El Estado y Destino del Infierno y The Reconciliation of All Things.
En los días de Su carne, los religiosos eran Sus enemigos, y así es hoy también. Los religiosos creen que son ellos a quienes Dios debe honrar, pero son los religiosos los que serán, y ya están, condenados. A ellos les espera un gran susto.
Los engañadores nunca podrían ver cómo un cordero puede tener ira; un león, sí, pero ¿un cordero? “Vete de aquí, falso profeta… ¡un cordero airado! ¡¿A quién crees que vas a engañar?! Sal de aquí; ve y engaña a los simples, a los solitarios, a los perdedores, a los desadaptados sociales. Tú no sabes nada de Jesucristo, ¿y pretendes advertirnos? ¡Ja! ¡Nos reímos en tu cara!”
Enoc profetizó sobre el Día del Señor, diciendo que Él vendría… ¿con helado y globos para los religiosos? ¿Con arpas y ropas para los hipócritas? ¿Con coronas para los que pasan metidos en las iglesias con vidas sueltas y hablando grandes cosas? No, Él viene a “ejecutar juicio contra todos, y convencer a todos los impíos de entre ellos, de todas sus obras impías que han cometido impíamente, y de toda palabra dura que los pecadores impíos han hablado contra Él. Éstos son murmuradores, querellosos, andando según sus concupiscencias; y su boca habla palabras infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 1:14-16).
Judas dijo que habría “burladores en los postreros tiempos, quienes andarían tras sus propios deseos” (verso 18). Él escribió también: “Éstos son los que se separan a sí mismos [denominaciones], sensuales [guiados por sus sentidos y deseos carnales, que juzgan por la apariencia], no teniendo el Espíritu.”
El último libro de la Biblia, Apocalipsis, está lleno de referencias al Día del Señor y Su ira. Sí, Su ira es correctiva y no eternamente condenatoria, pero es dolorosa y temible, no obstante. Será un verdadero susto para los que esperan Su venida como si ellos estuvieran entre los escogidos. Esos le dirán a Él: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?” (Mateo 7:23).
(Sólo piense: La mayoría de los creyentes profesantes no han llegado tan lejos espiritualmente como a haber profetizado, echado fuera demonios, o hecho algún gran milagro, al no haber recibido el Espíritu como ellos creen que ha sucedido.)
“Entonces Yo [el Señor] les declararé: Jamás los conocí; apártense de Mí, los que practican la iniquidad [contrarios a la Ley, que hacen lo propio, se divierten, van a socializar a las iglesias, construyen relaciones, aman, cada quien haciendo lo que mejor le parece]” (Mateo 7:23).
Él, el Rey de Ira, les dirá a esos mismos: “Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no Me disteis de comer; tuve sed, y no Me disteis de beber; fui extranjero, y no Me recogisteis; estuve desnudo, y no Me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no Me visitasteis.” (Mateo 25:41-43)
Ellos se quedarán allí parados, con la boca abierta, incrédulos, tal vez indignados, diciendo: “Estás loco, tienes demonio; Tú eres el anti-Cristo; Tú eres nacido de fornicación; nosotros sabemos de dónde vienes Tú; eres un extranjero, glotón, bebedor de vino, engañador, soñador y blasfemo, que te haces igual a Dios al decir que eres Su Hijo.” Ellos desde ya lo están diciendo.
Y Jesús les dirá a ellos: “¿Recuerdas a tal y tal? Yo lo envié a hablarte, y tú lo desechaste; rehusaste atenderlo en tu oficina, doctor; le cobraste de más en lo que te compró, vendedor; le llamaste falso profeta porque él no pertenecía a tu iglesia ni a ninguna otra. Mientras él se esforzaba por ti, tú lo echaste. Tú preferiste tus propios pecados y tus placeres sociales; tú decías amarme, pero a él lo aborrecías cuando Yo lo envié y no creíste, no creíste, no creíste.”
La Ira de Dios está en todo mi ser. Yo siento la ira de Dios contra el espectáculo, la hipocresía, la iniquidad, la perversión de todos, pero especialmente la de los religiosos, los que dicen pertenecer al Señor. Yo salí de todas las asambleas y congregaciones, siendo advertido por Dios que huyera de la ira venidera sobre esos lugares, hacia las fiestas de amor de los santos.
Con Jeremías, yo declaro: “No me senté en compañía de burladores, ni me regocijé a causa de Tu profecía; me senté solo, porque Me llenaste de indignación.” (Jeremías 15:17).
Junto con el salmista, yo digo: “Para las obras humanas, por la palabra de Tus labios, Yo me he guardado de las vías del destructor.” (Salmo 17:4 RV)
Hay quienes dicen que yo estoy herido y enojado. Sí, me doy cuenta por qué dicen eso; porque así es cómo me siento. ¡Así es cómo el Señor Jesucristo se siente! Él está herido y airado. Él no perdonará a los que no se arrepienten ni a los hipócritas. Él está airado con la apariencia de piedad de ellos.
Recuerdo que, cuando Él me habló en marzo de 1976, hace más de dos décadas, yo sentí el dolor de Sus palabras, cuando Él me dijo: “¡Estoy dolido, estoy dolido! ¡Mi pueblo está sufriendo!” (Lea Particle.)
Él hablaba de que Su pueblo estaba sufriendo, no por Su causa, sino por sus pecados e idolatrías, por estar en ignorancia, por no distinguir entre lo bueno y lo malo, ni la mano derecha de la izquierda.
Poco sabía en ese tiempo que yo era uno de ellos, pero Él me ordenó salir de todas las formas, palabras y obras de los religiosos. Él me sanaría, me limpiaría y me liberaría; Él me revelaría muchas cosas y me prepararía para hablar con otros, para Él librarlos a ellos también.
Junto con Jeremías, puedo decir:
Jeremías 6:10-14 LBLA
(10) ¿A quiénes hablaré y advertiré, para que oigan? He aquí, sus oídos están cerrados, y no pueden escuchar. He aquí, la palabra del SEÑOR les es oprobio; no se deleitan en ella.
(11) Pero yo estoy lleno del furor del SEÑOR, estoy cansado de retenerlo. “Derrámalo sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes; porque serán apresados tanto el marido como la mujer, el viejo y el muy anciano.
(12) Y sus casas serán entregadas a otros, juntamente con sus campos y sus mujeres; porque extenderé mi mano contra los habitantes de esta tierra,” declara el SEÑOR.
(13) “Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.
(14) Y curan a la ligera el quebranto de Mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz’, pero no hay paz.”
Para aquellos que tengan oídos para oír, arrepiéntanse, pronto. Ha llegado el tiempo. Para muchos ya es demasiado tarde; cruzaron esa delgada línea invisible sin darse cuenta. Cuando Dios llamó, ellos no respondieron, y ahora Él no responderá cuando ellos clamen en su calamidad. Otros que están contaminados serán salvos con temor, sacados del fuego y recibirán misericordia en el último momento.
“Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia; y me compadeceré del que Yo me compadezca.” (Romanos 9:15 RVG)
Todos nosotros tenemos una gran necesidad de Su misericordia y podemos depender sólo de Su misericordia, pero no nos atrevamos a presumir que Él la mostrará sin nuestro total arrepentimiento y obediencia a Él.
“La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas Su poder y Su furor contra todos los que le dejan.” (Esdras 8:22 RVG)
Yo les digo a ustedes: “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios” (Romanos 11:22). El Mismo Dios que es Amor es también un Dios de Ira.
Víctor Hafichuk
Traducido al español por Edwin Romero
Translated into Spanish by Edwin Romero