Aguas Santas

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Mi lengua es como la pluma lista de un escritor. Aguas santas brotan de la punta de mi lengua para la sanidad de aquellos que están dispuestos a escuchar. Yo he probado esas aguas; allí están y son reales.

Todos nosotros hemos sido pecadores ante Dios; todos hemos sido tenidos por indignos de Él y de Su Reino para que Él pueda ejecutar Su justicia sobre todos.

Son las aguas santas las que los limpian a ustedes y no ustedes a sí mismos.

Todos ustedes que tienen faltas y pecados secretos, no traten de arreglarse solos antes de venir a Él. Todos ustedes que creen que deben limpiarse o corregirse a sí mismos antes de presentarse delante de Él para recibir misericordia o juicio, ¡olvídenlo! ¿Se sanan ustedes a sí mismos antes de ir al doctor? ¿Se llenan de conocimiento antes de ir al maestro? ¿Aprenden solos la habilidad deseada antes de someterse como aprendiz a un maestro? Igualmente ustedes no se arreglan a sí mismos con Dios antes de venir a las aguas santas.

Son las aguas santas las que los limpian a ustedes y no ustedes a sí mismos. Es Dios quien los limpia por Su Palabra y Verdad. Cualquier esfuerzo por parte de ustedes para ser santos o puros o aceptables para Dios es vano y totalmente infructuoso – tan imposible como que ustedes quieran construir su propia nave espacial, lanzarla y volar a otra galaxia ustedes solos.

Hubo un hombre llamado Naamán, un capitán del ejército Sirio quien era leproso. Él no podía sanarse a sí mismo; él no podía encontrar doctores que lo curaran; nadie podía ayudarlo sino un hombre de Dios. ¿Qué le dijo el hombre de Dios que hiciera? Le dijo que se sumergiera en el Río Jordán siete veces. ¡Naamán se puso furioso! Él esperaba que el hombre de Dios, Eliseo, orara por él y que así sería sanado. Pero, no, la solución a su problema no era como él esperaba. Fue necesario que el siervo de Naamán lo persuadiera a hacer lo que le había mandado y cuando lo hizo, él fue sanado completamente.

¿Eran santas las aguas del Río Jordán? No. ¿Qué fue, entonces, lo que restauró a Naamán? ¿Cuáles son las aguas santas? Las aguas santas son las instrucciones específicas y personales dadas por Dios y la Verdad hablado por Él a través de Su siervo, acompañada o combinada con fe en el que tiene la necesidad. Esto es lo que nos limpia, sea de lepra, faltas, adicciones o pecados. Entonces ustedes pueden ver que uno primero viene a Dios, y el ser limpio del pecado o sanado es después de eso; uno no puede limpiarse de lepra primero y luego venir al hombre de Dios para ser aceptado. Verdaderamente que Naamán no habría tenido necesidad de venir a Eliseo si él mismo hubiera podido manejar su problema.

El trabajo de Satanás es mantenerlos a ustedes en sus pecados sin confesar.

Todos y cada uno de ustedes, tienen pecados, faltas, adicciones, ataduras, heridas y debilidades con las que se han encontrado derrotados. Muchos de ustedes pelean con problemas de alimentación, sea que comen mucho o que tienen algún desorden alimenticio, muchos tienen el vicio del tabaco, alcohol, cafeína o alguna otra droga; muchos de ustedes son adictos a las apuestas, a los deportes o pasatiempos, a mirar televisión, algún ídolo, sexo, fiestas, y mucho, mucho más.

Todos ustedes tienen pecados secretos con los cuales pelean y de los cuales se avergüenzan – masturbación, homosexualismo, auto-abuso, adulterio, pornografía, conflictos internos, voces, crímenes y males cometidos… la lista es interminable. Se les ha hecho creer que son los únicos que tienen ese problema o que el tipo de problema que tienen ustedes es peor que cualquier otro, sea en naturaleza o en intensidad o en ambos aspectos. ¡No es así! No dejen que los poderes de las tinieblas los engañen, diciéndoles mentiras. El trabajo de Satanás es mantenerlos a ustedes en sus pecados sin confesar para que sigan siendo suyos. Él es conocido como el príncipe de las tinieblas, y en las tinieblas determina él mantener a sus cautivos. Él te mantendrá en culpa o en vergüenza y tú nunca podrás corregirte a ti mismo hasta que seas liberado de sus garras.

Tú debes estar listo para recibir a un hombre de Dios, confesar tus pecados y obedecer lo que sea que Él te ordene. Al hacerlo, tú serás liberado de ataduras y de demonios; recibirás sanidad por dentro y por fuera, y, lo más importante, sabrás que no puedes ser libre de ninguna otra manera sino viniendo a Dios primero. Todos necesitamos a un Salvador y solamente Él lo es.

Pecador, ten fe; no te atormentes a ti mismo y no dejes que Satanás te engañe por más tiempo; resístete al temor de la vergüenza. Enfréntate a ti mismo, enfrenta tu problema, haz a un lado toda preocupación de que alguien se pueda enterar, que serás despreciado, rechazado o ridiculizado, o de que vas a perder algo si se dan cuenta.

Hay tantos pecados que yo he tenido que confesarle a alguien aun con el temor de que voy a perder algo – respeto, compañerismo, dinero, empleo, libertad, posición social, orgullo o dignidad. Pero en vez de eso, he recibido sanidades y liberaciones, permanentes. Agregado a eso, encontré perdón, respeto y gratitud de parte de otros, aun recompensas tangibles. Pero sobre todo, encontré paz mental, auto-respeto, gozo y agradecimiento… el temor y la culpa se fueron y el poder de Satanás sobre mí fue roto.

Tu trabajo no es salvarte ni sanarte a ti mismo sino venir a Él.

¿Por qué quiere Satanás mantenerte en esas terribles cadenas de tinieblas? Para poder destruirte. Se le conoce como el ladrón, mentiroso y homicida. Su trabajo es oponerse a todo lo bueno. Pero tu trabajo es echar mano de Dios, creer y ser liberado, ser limpio en las aguas santas de Dios para que comiences a ser una bendición en todas las cosas en que pongas tu mano que sean agradables a Dios. A Él le dará gusto liberarte y limpiarte, y a ti te dará gusto vivir para Él. Tu trabajo es no salvarte ni sanarte a ti mismo sino venir a Él, y Su trabajo es sanarte y salvarte.

Al primero que engaña un mentiroso es a sí mismo. No te engañes creyendo que podrás limpiar tus acciones antes de estar a cuentas con Dios. Sólo Él puede arreglarte. Rehúsate a servir a Satanás por más tiempo con tus faltas y pecados. Su paga es terrible… temor, culpabilidad, enfermedad, fracaso, pérdida, ilusión, baja auto-estima – efectos paralizantes en todo lo que digas, pienses, hagas y seas. El resultado final garantizado es siempre la muerte, sin excepciones.

Quédate en tus pecados y serás víctima de Satanás, en un lugar donde nunca podrás prevalecer. Ven a las aguas santas de la Luz y la Verdad, y serás libre. La Biblia, mi experiencia y la experiencia de otros con toda seguridad testifican del hecho de que Satanás es derrotado cuando tú vienes a la Luz de todos los hombres. Tu bienestar y gran recompensa te esperan cuando te atrevas a salir de tu zona de comodidad o seguridad, confiando en Dios. Él puede hacer cualquier cosa por ti si tú lo decides. Igual que un prisionero liberado, la sanidad y la liberación son sólo el principio de un gran propósito y de una aventura gratificante y saludable.

Víctor Hafichuk

Traducido al español por Edwin Romero
Translated into Spanish by Edwin Romero

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